26 de agosto del 2011, Auditorio de la Facultad de Derecho, UCR celebra aniversario con homenaje a primeros graduados, celebracin del 71 aniversario de su creacin y los 70 aos de haber abierto las puertas de la aulas en la imagen Sra Maria de los Angeles Campos Villalobos, Sra Odilie Carmona Benavides y la Sra Maria del Carmen Alvarez Murillo/ caravaca (Marvin Caravaca)
Ayer, doña Rosa María Jirado se levantó más temprano y se puso uno de sus vestidos favoritos. Se dirigía a lo que consideraba otra graduación: el homenaje que la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó a los primeros profesionales salidos de esta casa de estudios.
Jirado, de 91 años, recibió su título como educadora en 1941, la primera generación de graduados de la bisoña Universidad.
“Yo soy maestra de vocación. Desde chiquita quise ser maestra y tuve la dicha de formarme con muy buenos profesores para darle lo mejor a mis alumnos”, comentó.
En la actividad, que se hizo con motivo del 71 aniversario de la Universidad de Costa Rica, Jirado se encontró con cinco de sus compañeros de la primera generación universitaria. Ellos seis, junto con otros 73 profesionales graduados entre 1941 y 1950, recibieron un “título” en el homenaje de ayer.
Tal es el caso de José Francisco Paulino Camacho Elizondo, también de la primera generación de la Universidad, quien trabajó varios años como educador.
“Éramos muy pobres y teníamos que caminar mucho para llegar a clases, pero yo siempre quise ser maestro y no iba a dejar mi sueño tirado”, manifestó.
Los miembros de la primera generación estuvieron si acaso un año como estudiantes en la Universidad de Costa Rica pues las personas graduadas en los dos primeros años venían con sus estudios avanzados en otras escuelas ya existentes y que pasaron a ser parte de la UCR en 1940, cuando se fundó.
Dos de ellos son el abogado, político y escritor Alberto
“Me tocó romper moldes. También fui la primera mujer en Costa Rica en solicitar una beca en el extranjero. Estudié la delincuencia juvenil en Uruguay”, dijo Vargas.
El evento fue motivo de reunión para personas que tenían décadas sin verse y sirvió para ponerse al día sobre lo sucedido en sus vidas.
Los abrazos, lágrimas, recuerdos y carcajadas fueron parte del reencuentro, en el cual tampoco faltaron las bromas.
“Aquí más de una ya viene un poquito ‘retocada’ para que el paso del tiempo se disimule un poco”, le dijo, entre risas, una de las graduadas en 1944 a una excompañera.
Cartín relató a
“Mi meta en esta vida era ser maestro y no profesor. Un profesor toma lo que sabe y se lo da a sus alumnos; en cambio, un maestro toma lo que sabe y se lo da a sus alumnos pero, además, ama a sus estudiantes”, explicó.