Un viejo refrán inglés dice que una manzana al día mantiene al doctor lejos ( “An apple a day keeps the doctor away” ).
Hace diez años, los investigadores británicos Nicholas Wald y Malcom Law propusieron que una píldora diaria podría mantener al doctor lejos.
Basados en los avances de la medicina moderna, su controversial propuesta, publicada en el British Medical Journal , señalaba que para disminuir en un 80% el riesgo de sufrir un ataque al corazón y prevenir otras complicaciones de la enfermedad cardiovascular, todo individuo mayor de 55 años, sin importar que se encontrara sano, debía tomar una píldora bautizada como polypill ; una pastilla que incluirá aspirina, una estatina, tres fármacos diferentes para reducir la presión arterial y ácido fólico.
Cada uno de los componentes de la polypill sería capaz de reducir uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular: colesterol alto, hipertensión y función plaquetaria. La píldora debería ser barata y con mínimos efectos secundarios.
Así, surge la pregunta, ¿es mejor una píldora o una manzana al día? En la última edición del British Medical Journal , Adam Briggs, de la Universidad de Oxford, junto a sus colegas, dan respuesta a la pregunta haciendo un análisis matemático del impacto de recetar una píldora de estatinas (fármaco que ayuda a reducir el colesterol) o una manzana a todos los adultos británicos mayores de 50 años que no presentan enfermedad cardiovascular o factores de riesgo para esta; es decir, personas sanas.
Según sus cálculos, hoy 5,2 millones de ingleses están recibiendo o son candidatos a recibir estatinas, pero hay otros 17,6 millones de adultos mayores de 50 años que no lo son y que si se girara una política de administrar estatinas como una medida medicina preventiva, las recibirían.
Así las cosas, los expertos calcularon cuántas muertes por enfermedad cardiovascular se evitarían si se adoptara la política de salud pública o si, en lugar de ella, se adoptara una que recetara el consumo diario de una manzana.
Sus cálculos demuestran que si se siguiera la política de salud pública de que todo ciudadano mayor de 50 años tomara estatinas a diario se podrían evitar en Inglaterra 9.400 muertes al año por enfermedad cardiovascular.
Por su parte, asumiendo que solo el 70% de las personas seguirían el consejo de comerse una manzana al día, los científicos calculan que adoptar esa medida de salud pública evitaría 8.500 muertes anuales por enfermedad cardiovascular.
Briggs y sus colegas señalan, además, que en el caso de la manzana, no existe riesgo de efectos secundarios, mientras que, en el caso de las estatinas, calculan que la medida de salud pública podría generar mil casos anuales de miopatías (una enfermedad de los músculos) y 10.000 nuevos diagnósticos de diabetes.
En su análisis, Briggs concluye que cualquiera de las dos medidas, una manzana o una píldora al día en personas sin factores de riesgo para la enfermedad cardiaca, son eficaces para disminuir las muertes por males del corazón.
Advierten de que quienes ya están medicados por su condición, no deben abandonar su tratamiento y no se animan a elegir la mejor opción –entre la manzana y la píldora– para aquellas personas sanas.
Queda en sus manos decidir, ¿una manzana al día o una píldora?