En el 2008, los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se fijaron la meta de que, para el 2010, las muertes por sarampión bajarían en un 90% respecto al año 2000.
Sin embargo, los esfuerzos se quedaron cortos. Un informe de la OMS, Unicef y la Cruz Roja que se publica hoy en la revista The Lancet señala que solo se llegó a reducir la mortalidad en un 74%.
Los datos indican que el progreso fue muy fuerte entre el 2001 y el 2008, pero la inversión en vacunación bajó entre el 2008 y el 2009, lo cual llevó a menos vacunación. Se calcula que más de 19 millones de niños no fueron inmunizados.
Según el análisis, esta situación hizo que aumentaran los casos en África, Asia y Europa.
“En África y Asia el problema es el acceso a las vacunas. En Europa el problema se da con padres que, por seguir ciertas corrientes, deciden no vacunar a sus hijos y, más bien, les causan un daño”, dijo en un comentario al estudio Walter Orenstein, coordinador de Vacunas de la Universidad de Emory, en Atlanta, Estados Unidos.
Enfermedad de cuidado. El sarampión es una de las enfermedades más infecciosas para el ser humano. Según datos de la OMS, los niños que no reciben la vacuna están en riesgo de complicaciones serias de salud como neumonía, diarrea, ceguera y encefalitis (infección del cerebro que causa inflamación).
Por esta razón, la OMS lanza un nuevo plan estratégico para aumentar la vacunación y erradicar el sarampión.
Este nuevo plan trata de bajar la mortalidad por sarampión, por lo menos, en un 95% al 2015, y erradicar el sarampión y la rubéola en, al menos, cinco regiones de la OMS para el 2020.
Las estrategias incluyen una amplia cobertura de vacunación, monitorear el comportamiento de la enfermedad con pruebas de laboratorio, campañas de comunicación y la implementación de investigaciones médicas en el tema.
“Hay brechas críticas en programas de prevención; además, en algunos países los registros de vacunación aún son inadecuados o están incompletos. Esto debe mejorarse”, cita el estudio.