"La mayoría de los periodistas esperamos como simples espectadores a que alguien más rescate el rancho y nos devuelva la tranquilidad de la quincenodependencia.
"Continuamos tecleando las mismas historias y creyéndonos dueños exclusivos del puente que hay entre el conocimiento y 'nuestras' audiencias, de 'nuestras' fuentes, de 'nuestras' interpretaciones y del mediocre lente con el que a veces ojeamos la realidad para contarla encapsulada en hemorrágicos tuits o notitas rápidas.
"Este –no la transición de la industria– es el mayor de los problemas. Se nos olvidó quienes somos y para qué existimos.
"Olvidamos que somos tercos y apasionados, perspicaces y humanistas; exploradores incansables, dotados de una capacidad particular para afrontar las situaciones más adversas con tal de defender aquello en lo que creemos.
"Se nos olvidó que somos amantes y guardianes de la verdad y que solo en ella encontramos la verdadera paz".
Los párrafos anteriores formaron parte del discurso que ofreció la periodista costarricense Giannina Segnini al recibir el Reconocimiento a la Excelencia periodística que le otorgó anoche la Fundación Gabriel García Márquez.
A parte de Segnini –quien es jefa de la Unidad de Investigación de La Nación– la fundación premió a otros comunicadores latinoamericanos en otras categorías.
La costarricense aprovechó la intervención para alertar que es la industria de los medios la que está en decadencia y no la profesión de periodista.
"El periodismo –en medio del ruido moderno– prevalece como una de las únicas disciplinas capaces de revelar verdades ocultas y decodificar fenómenos sociales", dijo.
Destacó, que aunque hay sombras que generan confusión y temor y hacen pronósticos pesimistas sobre la sostenibilidad del periodismo este el mejor momento para asumir esa profesión.
Nota del redactor: Lea el discurso completo en la barra de la izquierda.