Santiago, Chile. El Mercurio/GDA No basta con pensar positivamente para lograr nuestros deseos y metas, se requiere trabajar duro para lograrlo.
Es cierto que un conocido libro llamado El secreto, escrito por la australiana Rhonda Byrne, pregona que existe una ley de atracción en la que nuestros pensamientos y sentimientos poseen la habilidad de manipular una suerte de “energía universal” a gusto propio.
Según ella, “si nuestros pensamientos son positivos, podemos atraer esa fuerza universal y obtener básicamente todo lo que queramos”.
Sin embargo, la investigadora Gabriele Oettingen, de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos, salió al paso de ese planteamiento y lo refuta con resultados de una investigación realizada durante 20 años.
Con su análisis, Oettingen demostró que para lograr un objetivo como bajar de peso, recuperarse de una operación o salir con alguien atractivo, no solo es necesario fantasear de manera optimista sobre el futuro.
“Lo que hemos descubierto es que estos sueños, fantasías y expectativas son tan agradables que relajan a la persona y la hacen sentir como si ya los hubiera obtenido. Eso le impide hacer el esfuerzo y poner la energía requerida para concretar esos deseos”, explica Oettingen.
Metodología. La investigadora lleva dos décadas tratando de comprobar esta teoría con diversos experimentos. Las conclusiones se pueden leer en su reciente libro Rethinking positive thinking: Inside the new science of motivation .
En una de las pruebas, se trabajó con voluntarios que querían recuperarse de una cirugía de reemplazo de cadera. A todos los pacientes reclutados se les plantearon distintos escenarios de recuperación, en los que el participante debía imaginar cómo reaccionaría y luego estimar cuán positivas eran estas escenas.
Tras unos meses, los investigadores midieron, a través de diversos exámenes físicos, el nivel de recuperación de los pacientes: cuánto podían mover sus articulaciones y cuántas gradas lograban subir. “Cuanto más positivamente juzgaron los voluntarios sus propios pensamientos e imágenes, menos se recuperaron con el tiempo”, dice la psicóloga.
Para ella, este es un buen indicio de que el optimismo, combinado con la comprensión de los obstáculos que se interponen en el camino, son la clave para lograr un cambio de comportamiento significativo y, por ende, alcanzar una meta.
Para cumplir los desafíos que nos proponemos, la psicóloga propone un modelo que llama “WOOP”, por las siglas en inglés de Wish (sueño), Outcome (resultado), Obstacle (obstáculo) y Plan (planear).
En el primero, Wish, se piensa en un sueño que se quiera obtener en un determinado período de tiempo, por ejemplo, rendir más en el trabajo, vender el auto, mejorar la relación con la pareja o bajar de peso.
En el segundo, Outcome, la persona identifica cuál es el mejor evento o resultado que se asocia a cumplir el deseo. Debe mantenerlo en la mente.
Después, se deben identificar los obstáculos que se oponen en el camino para lograr este sueño. “¿Qué hay dentro de ti que te impide lograr lo que quieres? El impedimento siempre es propio, porque es más fácil que nosotros mismos cambiemos a que nuestro ambiente lo haga. Así también eliminamos las excusas: no es nuestro jefe, no es el sistema, ni el colegio, ni el Gobierno”, dice Oettingen.
Por último, se debe plantear qué se puede hacer para superar ese obstáculo.
“Piensa cómo y cuándo va a ocurrir este impedimento y diseña un plan para atacarlo. Si el obstáculo 'x' aparece, entonces yo responderé de 'y' manera”, explica Oettingen en su libro.
El poder identificar los obstáculos en uno mismo que se interponen entre el sueño y su concreción, puede servir para ajustar, posponer e incluso dejar ir ese sueño”, explica Gabriele Oettingen.
Para quienes deseen, la científica desarrolló una aplicación llamada también WOOP con este método. Se puede descargar gratuitamente para el sistema operativo iOS.