A Marvin Ramírez se le detectó un tumor en el hígado, pero también sufre un mal crónico en este órgano. Por ello, no podía someterse a una cirugía para remover el cáncer. Él fue el primero en someterse, hace un mes, a una nueva técnica en el Hospital San Juan de Dios.
“Me siento bien; ya puedo decir que llevo una vida normal”, dijo este vecino de Pavas, de 49 años.
Calor medicinal. Los médicos introducen una aguja en el hígado que emite ondas de radiofrecuencia.
Dichas corrientes generan calor de unos 100 °C alrededor de un electrodo que, al llegar al tumor, calienta y destruye las células cancerígenas. A su vez, el calor cierra pequeños vasos sanguíneos y disminuye el riesgo de sangrado. Las células malignas muertas se reemplazan gradualmente por cicatrices que con el tiempo se contraen.
Así, personas con diabetes, cardiopatías, hipertensión o males en el hígado, que no pueden pasar por una cirugía convencional, tienen esta opción para tratar el tumor.
“La solución más indicada es la cirugía, pero pacientes con otras complicaciones no pueden enfrentarla, por lo que esta es una muy buena solución, pues se quema el tumor y una parte de tejido sano alrededor”, comentó Eduardo Sáenz, oncólogo y cirujano oncólogo.
Este es un proyecto conjunto de los hospitales San Juan de Dios y Calderón Guardia. Sin embargo, esta técnica se aplica desde setiembre pasado en el Hospital México .
La mortalidad por tumor de hígado es de 3,9 por cada 100.000 mujeres y de 6,7 por 100.000 hombres.
“Cerca del 50% de los pacientes con cáncer de colon desarrollan metástasis en hígado, y cerca del 80% de las metástasis que vemos en hígado, proceden del colon. Si no hacemos nada, solo el 2% de los pacientes vivirá cinco años después del diagnóstico; si los tratamos, aumenta a un 45%”, manifestó el cirujano oncólogo Yerald Peraza.