Aprender mientras se juega es la clave del Museo del Niño, y cuando se trata de la salud de los dientes y encías no es la excepción.
Entonces, ¿cómo combatir caries, tener una buena salud dental y evitar enfermedades en las encías?
Una sala completa dedicada a este tema es uno de los espacios emblemáticos del Museo desde su creación en 1994; sin embargo, en los últimos seis meses varios profesionales le dieron una nueva cara.
Técnicos, diseñadores y dentistas participaron del proceso, que fue revisado por la Academia Nacional de Odontología Pediátrica.
“Es una de las salas más emblemáticas, hemos visto papás que vienen con sus hijos a este lugar porque ellos aprendieron aquí cómo lavarse los dientes y quieren que sus hijos aprendan aquí también”, comentó Cristina Briceño, del Departamento de Museografía. La sala fue reinagurada ayer con la presencia de niños del Oratorio Don Bosco.
“Está muy bonita, me gusta que tiene la historia de la odontología”, dijo Katherine Sánchez de 11 años.
“Cuidarse los dientes es importante para estar sanos” señaló Rosblin Medina, de 11 años.
Jugar y aprender. En este espacio los visitantes primero se encontrarán con diferentes tipos de dientes de animales como tiburones, manatíes y personas. Esto permite que se vea cómo los dientes cambian según la alimentación de cada animal. También se muestran las distintas enfermedades bucodentales y formas para evitarlas.
Además, hay un espacio que recrea un consultorio dental donde los menores podrán vestirse de odontólogos y jugar de cómo atender un paciente.
“El objetivo es educar a la niñez en un hábito tan importante como el cuidado bucodental y que le pierdan el miedo al odontólogo”, manifestó Eddie Chaves, gerente general de Colgate Palmolive, empresa que patrocina la sala.