El número de mujeres que mueren debido a complicaciones durante el embarazo y el parto se redujo en un 34% entre 1990 y el 2009, al pasar de 546.000 a 358.000 cada año.
Así lo señala el informe Tendencias de la mortalidad materna, presentado ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Banco Mundial.
“Los países donde las mujeres corren grandes riesgos de morir durante el embarazo o el parto están adoptando medidas de comprobada eficacia: están capacitando a más parteras y fortaleciendo los hospitales para que brinden asistencia a las embarazadas. Ninguna mujer debería morir debido a la falta de acceso a servicios de planificación de la familia y de atención del embarazo y el parto”, dijo en un comunicado de prensa Margaret Chan, directora de la OMS.
Retos. Pese al avance registrado en la mortalidad materna, aún faltan medidas para evitar la muerte de unas 1.000 mujeres por día en el mundo (especialmente en África y Asia) durante el embarazo o parto.
Las principales causas de muerte son hemorragia grave después del parto, infecciones, trastornos hipertensivos y abortos realizados en malas condiciones.
Los especialistas señalan que la única forma de reducir la mortalidad materna en un 75% para el 2015 y así cumplir con los Objetivos del Milenio es que se destinen más recursos a mejorar las condiciones de atención médica para las mujeres.
“Debe volverse la mirada hacia los países más pobres, donde ocurrió el 99% de las muertes maternas”, dijo Chan.