La medida se da un día antes de que entrara a regir el reglamento que prohibía la venta de estas bebidas en restaurantes, estadios y cines.
El documento, escrito por Justice Tingling alega que “el decreto excluye otras bebidas que tienen contenidos mucho mayores de edulcorantes o calorías”.
Por su parte, Michael Cardozo, uno de los más cercanos colaboradores del alcalde Michael Bloomberg señaló que “planeamos apelar la decisión cuanto antes. Confiamos en que la decisión tomada por nuestro comité de salud se restablezca. Creemos en nuestra responsabilidad de atacar las causas de la obesidad”, dijo en entrevista con el diario New York Times .
Desde el 2011, el gobierno local lanzó una campaña que señala que 600 mL de soda al día equivalen a 22 kilos de azúcar al año. Unos 6.000 neoyorquinos mueren al año por problemas vinculados a la obesidad.