Lo que antes era una enfermedad exclusiva de personas mayores de 50 o 60 años, ahora es también una amenaza para 50 menores ticos.
La diabetes tipo 2, una enfermedad asociada con falta de actividad física y dietas altas en grasa y bajas en frutas y verduras, ya afecta a niños y adolescentes.
Datos de la Unidad de Endocrinología del Hospital Nacional de Niños (HNN) confirman que la diabetes tipo 2 ahora se ve en menores de diez a 15 años e, incluso, reportan un caso de un menor de ocho años con esta enfermedad.
A esto debe sumarse un número aún no conocido de niños y adolescentes con prediabetes, condición en la que los niveles de azúcar en la sangre ya están alterados y podrían ser la antesala de la diabetes tipo 2.
“Es una realidad alarmante. Hace diez años no teníamos casos de esta enfermedad en menores. Veíamos casos de diabetes tipo 1 (mal asociado a un problema genético para producir insulina), pero nunca de tipo 2 (en la que el cuerpo, más bien, se vuelve resistente a la insulina)”, comentó Erick Richmond, jefe de Endocrinología del HNN.
“Los niños con sobrepeso, que comen mucha comida chatarra y pocas frutas y verduras, no hacen ejercicio y encima tienen algún familiar diabético, son una bomba de tiempo”, añadió.
“Estudios internacionales han demostrado que en las personas mayores las consecuencias graves (ceguera, amputaciones o falla renal) de una diabetes comienzan a verse 20 o 30 años después del diagnóstico. En los niños y jóvenes estos males pueden aparecer solo diez años después”, comentó.
“Esto quiere decir que en unos años podríamos tener jóvenes de 25 años que, si no controlan bien su enfermedad, podrían sufrir una de estas consecuencias. Es alarmante, son personas en plena edad productiva”, agregó.
El especialista afirmó que los padres deben estar atentos a señales como sed excesiva, ganas de orinar muy constantemente, orina excesiva y aumento de peso, que son las primeras señales de este mal.
“Ya tenemos una epidemia de diabetes en los niños y adolescentes, pero podemos prevenir estos casos. Los padres deben velar por la alimentación de sus hijos, no deben darles mucha comida chatarra. Además, debemos velar porque nuestros niños destinen más tiempo a hacer ejercicios del que usan para ver televisión”, indicó el endocrinólogo Eric Mora.
Los ministerios de Salud y Educación ya tienen una estrategia para evitar este mal en los niños.
“Desde los Cen-Cinái estamos buscando darles una dieta balanceada a los niños y educándolos en cómo deben comer”, manifestó Sisy Castillo, viceministra de Salud, quien invitó a instruir en la buena dieta desde edades tempranas.
Las autoridades del Hospital de Niños temen que si los estilos de vida en los menores no cambian en poco tiempo, el país podría a llegar a tener hasta unos 100 niños con este padecimiento.