Caminar, trotar o correr durante al menos dos horas a la semana ayuda a evitar las caídas en personas de todas las edades.
Así lo señala una investigación de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, publicada la semana pasada en la revista
El estudio señala que el ejercicio constante tiene un efecto “protector” contra las caídas porque acostumbra al cuerpo al movimiento contínuo y le da mayor equilibrio.
Los investigadores siguieron la forma de hacer ejercicios de las personas durante un año.
Transcurrido este tiempo, se les hizo una encuesta en la que se les preguntaba la cantidad de actividad física que hacían por semana. También se les preguntó si se habían caído durante el último año y, de ser así, qué actividad realizaban mientras se cayeron.
El 20% de los participantes respondió que sí se había caído; de ellos, el 15% estaba caminando cuando se cayó.
Posteriormente, los participantes fueron sometidos a pruebas de esfuerzo en caminadoras.
Los resultados indicaron que las mujeres tenían 2,8 veces más probabilidades que los hombres de caerse mientras caminaban, pero los niveles de aptitud física de las mujeres hicieron poca diferencia.
Sin embargo, en los hombres los niveles de aptitud física sí son importantes. Los hombres que tenían niveles bajos de aptitud física eran 2,2 veces más propensos a caerse que los que tenían altos niveles.
“Nos sorprendió que la aptitud y la actividad físicas parecen tener una relación más firme con las caídas relacionadas con caminar entre los hombres que entre las mujeres”, señaló en un comunicado de prensa la doctora Kristin Mertz, del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Pittsburgh, coordinadora de la investigación.
En Costa Rica, datos del Hospital Blanco Cervantes señalan que las caídas son la segunda causa más común de consulta. Por año, se atienden 3.800 caídas.
Especialistas en geriatría señalan que el mayor problema de las caídas son las fracturas de cadera, que se consideran el principio del fin, pues los adultos mayores nunca se rehabilitan del todo y caen en una depresión que muchas veces los lleva a la muerte.
Datos de la Organización Mundial de Geriatría indican que el 30% de las caídas en mayores de 65 años requieren hospitalización y que el 20% de las muertes en personas mayores de 80 años fueron precedidas de una fractura de cadera en los últimos dos años.