Avandia, un medicamento utilizado en el tratamiento de la diabetes tipo 2, está en investigación por la Agencia de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) por sospechas de causar fallas cardíacas e infartos.
Según una denuncia de los senadores estadounidenses Max Baucus y Charles Glassley, el laboratorio GlaxoSmithkline omitió hacer públicos estudios que indican que el antidiabético tiene contraindicaciones cardiovasculares.
Una revisión de más de 700 estudios médicos de expertos de la FDA muestran que Avandia presenta un riesgo mayor de ataque cardíaco.
Esta píldora mejora la resistencia de los pacientes a la insulina y mantiene estables los niveles de glicemia en la sangre.
Avandia no está en la lista oficial de medicamentos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pero sí se utiliza en la medicina privada. No hay datos de cuántos costarricenses toman este antidiábetico, pero especialistas dicen que cada vez se receta menos.
“Esta pastilla se recetaba mucho antes, pero ahora hay opciones más baratas, seguras e igual de eficaces. Yo no la receto desde hace año y medio”, explicó el endocrinólogo José Guillermo Jiménez.
Controversia. La polémica con este fármaco empezó en el 2008, cuando estudios médicos señalaron mayor riesgo de insuficiencia cardíaca en pacientes que habían sufrido infarto o falla cardíaca anteriormente.
Consecuentemente, la FDA indicó que Avandia no podía recetarse a personas que anteriormente hubieran tenido fallas cardíacas.
La controversia persiste porque aún se estudia si Avandia causa daños en el corazón de personas que no han sufrido fallas cardíacas.
“Todavía no está claro si produce ese riesgo para el corazón o no, hay estudios que dicen que no produce ese daño. Lo importante es que ningún paciente que toma este medicamento deje de tomarlo sin consultar a su médico”, dijo la endocrinóloga Mary Vinocour.
Por su parte, Jiménez señaló que, “desde el punto de vista del control de la diabetes, es un buen medicamento, pero no solo hay que tomar en cuenta el posible riesgo cardíaco, pues esta pastilla también tiene como efecto secundario un mayor riesgo de osteoporosis”.
En investigación. Especialistas de la FDA están reunidos para definir el futuro del tratamiento.
Un panel de médicos especialistas externos votará si el medicamento debe añadir etiquetas adicionales de advertencia, limitar el tipo de médicos que pueden recetar el fármaco o retirar definitivamente el producto del mercado.
El laboratorio GlaxoSmithKline defiende la calidad de su medicamento invocando una prueba clínica realizada en Europa que descartó el riesgo cardiovascular.
Mañana, la FDA dará la resolución final sobre el destino de este antidiabético.