Es frecuente y normal que los adultos vivan momentos de tristeza y apatía. Sin embargo, cuando ya aparecen trastornos emocionales como la depresión, los especialistas recomiendan una intervención clínica para evitar que esto afecte a los menores de la casa.
Según Max Figueroa, psicólogo del Hospital Nacional de Niños, “para proteger a un chiquito, la primera medida preventiva que puede tomar un padre o una madre con depresión es pedir ayuda profesional para sí mismo. Si el niño aún no ha sido afectado, podría recibir terapia preventiva; si ya padece síntomas, debe ser atendido por un profesional, dependiendo del caso, un psicólogo o un psiquiatra”, advirtió.
Una vez que el padre o la madre con depresión asume su padecimiento, debe acudir a un especialista para que haga un plan que le permita salir adelante y le guíe en la forma en la que debe comunicar esta situación a los hijos.
Para la psicóloga infantil Dyala Castro es importante hablar con los pequeños de lo que está pasando en el hogar. “Los niños saben que algo no está bien, y muchas veces creen que es su culpa, se comportan enojados, irritables y hasta malcriados, simplemente porque no saben expresar bien lo que sienten”, dijo la especialista.
Durante la terapia es fundamental el apoyo de la familia, de la pareja o de los amigos, para cuidar a los pequeños mientras el paciente se recupera.
Una vez superada la condición, los padres podrán ayudar a sus hijos para que la depresión no les afecte a ellos, sin embargo, siempre es recomendable hacerlo con la guía de un psicólogo o psiquiatra.