LOS ÁNGELES. AP. Investigadores que analizan la composición genética de los tumores ováricos hallaron una mutación que es sorprendentemente frecuente, lo que indica que tiene un papel importante en el desarrollo del cáncer.
El hallazgo, publicado ayer por la revista Nature , podría conducir al desarrollo de nuevas pruebas para detección temprana de la enfermedad y además ayudar a conseguir mejores tratamientos.
El cáncer ovárico mata a casi 14.000 mujeres cada año en Estados Unidos. Por lo general, no se detecta sino hasta una etapa avanzada, lo que aumenta el riesgo de muerte de las pacientes.
“Mapa” del cáncer. La secuencia genética fue hecha por el Atlas Genómico del Cáncer –una red de centros médicos financiada por el gobierno federal– que analizó 316 tumores ováricos.
Los científicos hallaron que 96% de los tumores tenían genes TP53 mutados. Las mutaciones no estaban presentes en tejido normal de los pacientes, lo que muestra que se expresaron con los tumores.
Normalmente, los genes ordenan a la célula elaborar una proteína que actúa como supresor de tumores, y esto evita que las células crezcan y se multipliquen sin control y desarrollen cáncer.
Alteraciones en otros nueve genes también tuvieron influencia en el cáncer ovárico, aunque en menor medida, entre ellos, el BRCA1 y BRCA2, que incrementan el riesgo de cáncer ovárico y de mama.
En otros tipos de cáncer, usualmente hay varios genes involucrados con una influencia casi igual, dijo uno de los autores del estudio, el doctor David Wheeler, del Colegio Baylor de Medicina. Este es un patrón extraño.
El de ovarios es uno de los cinco tipos de cáncer que más muertes causa. Un examen pélvico regular es considerado la mejor manera de detectarlo a tiempo.
El Atlas Genómico del Cáncer fue lanzado en el 2006 para conocer la composición genética del cáncer. El grupo mapeó el genoma de la variedad más común del cáncer cerebral en el 2008 y planea hacer lo mismo con otros 20 tipos de cáncer.