El fin de año no es para todos una época de festejos, sonrisas, deliciosa comida y departir con familiares y amigos.
Por el contrario, para algunas personas esta época más bien es sinónimo de melancolía, desánimo y tristeza. Incluso, hay quienes desearían que estos días solo pasaran inadvertidos.
Estos últimos no son pocos. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten que en estas épocas ‘de fiesta’ los episodios depresivos pueden aumentar hasta en un 40%.
En Costa Rica no existen datos de cuánto aumentan estos trastornos durante este periodo de fin de año, pero psiquiatras y psicólogos admiten recibir más pacientes con tristeza y otros trastornos en sus consultorios que en otras épocas.
Profesionales consultados por La Nación coinciden en que esta situación es más común en dos tipos de personas.
Por un lado, están quienes sufrieron durante este año 2012 la pérdida de un ser querido, rupturas de relaciones de pareja, pérdida de empleo, enfermedades o accidentes.
Por otra parte, están esas personas que tienen un trastorno depresivo o están propensos a tenerlo por varios factores, entre ellos biológicos o genéticos.
Sin embargo, ambos grupos de personas viven esta situación favorecida, en parte, por la presión social, detallan los expertos.
“Estos son días en los cuales hay muchas exigencias sociales. Por ejemplo, la gente a tu alrededor te dice que tenés que sentirte bien y estar alegre, pero eso no es lo que están experimentando esas personas. Sentir que deberían estarlo es una ‘exigencia’ que agrava su tristeza o ansiedad”, aseguró la psicóloga Sarita Álvarez.
En busca de solución. Los entendidos en el tema aseguran que, aunque no hay recetas infalibles, sí existen “trucos” que pueden aplicarse para sobrellevar mejor la situación y que la tristeza o ansiedad de estos días sea más manejable.
Para la psicóloga Kathie López, en estos días es clave para estos pacientes que otras personas (amigos, familiares o vecinos) dediquen tiempo a compartir con ellas y ayudarlas a sobrellevar este tiempo y que no se aíslen.
“No podemos dejarnos caer en un ‘enmimismamiento’; es decir, no podemos aislarlos en nosotros porque tendremos pensamientos recurrentes y eso nos va a poner peor. La sugerencia es más bien dedicar nuestro tiempo para ayudar a otras personas que también necesitan de nosotros”, comentó.
“Si tuvimos la pérdida de un ser querido y es nuestro primer fin de año sin él, o si tuvimos una ruptura amorosa y es nuestro primer fin de año sin la pareja, lo mejor es buscar hacer algo completamente distinto a lo que se hacía en años anteriores”, añadió.
López señala que tampoco se trata de estar con una sonrisa fingida todo el tiempo, porque eso en realidad no ayuda.
“Se puede y debe dar un tiempo para llorar y para hablar de la situación, pero también hay que buscar espacio para otras cosas”, explica la experta.
Ella añade: “Viva un día a la vez, un momento a la vez, si es necesario”.
La psicóloga señala que ayuda invertir tiempo en actividades que promueven la producción de las llamadas endorfinas, hormonas que nos hacen sentir mejor. Se sugiere hacer ejercicio, practicar técnicas de respiración y relajación y, en el caso de los creyentes, la oración.
Los entrevistados coinciden en que estas situaciones en esta época son normales y que se superan por sí solas, pero, que si una persona experimenta esto durante mucho tiempo lo más recomendable es buscar ayuda profesional.