Algunas costumbres de los ticos como hervir el agua clorada o colocar accesorios en los grifos, entre ellos pedazos de manguera, bolsas y calcetines, le restan pureza al agua potable que llega a las casas, según datos del Laboratorio Nacional de Aguas de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
“El lugar donde más se contamina el agua es en la casa. Deben hacerse planes para mejorar la calidad del agua, comenzando por eliminar los accesorios domésticos de los tubos y saber almacenar el agua”, explicó Darner Mora, director de dicho laboratorio.
Es decir, prácticas hechas comúnmente para purificar el agua, como hervirla o utilizar un filtro que elimina cloro más bien logran el efecto contrario.
Estudios realizados por el Laboratorio Nacional de Aguas señalan que, si una persona hierve el agua potable y clorada, esta pierde por evaporación incluso la totalidad del cloro, sustancia que evita la formación de colonias de bacterias y parásitos. Lo mismo sucede con algunos filtros para purificar el agua que eliminan el cloro.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Unicef señalan que, si el agua sin cloro se deja a la intemperie por 24 horas o se refrigera por más de 48, se favorece la reproducción de más de cien tipos de bacterias y microbios.
“El agua potable tiene cloro para desinfectar y evitar la formación de bacterias, hongos y microorganismos. Si usted hierve agua con cloro, este se evapora y a deja expuesta el agua a bacterias. Se pueden usar filtros para purificar agua y quitar minerales, pero asegúrense de que este filtro sea de los que no eliminan cloro”, dijo Mora.
Una investigación del Laboratorio Nacional de Aguas realizada este año en más de 100 hogares, centros educativos y comercios del Valle Central señaló que el 8% de los lugares visitados tienen este tipo de accesorios en las griferías.
El equipo encontró coliformes fecales y la bacteria
“Aún nos hace falta investigar en más lugares y diferentes partes del país, pero ya tenemos datos preliminares. El agua puede llegar potable, pero, si usted pone estos accesorios y se contaminan con bacterias, el agua deja de ser potable, es un asunto de blanco o negro”, comentó Mora.
Sin embargo, las inspecciones realizadas en el Laboratorio Nacional de Aguas señalan que más del 50% de los ticos no cumple estas medidas, y que estos tanques se convierten en refugio de bacterias.
Fugas sin reparar, tapas mal puestas y la corrosión favorecen la aparición de coliformes fecales, hongos, bacterias y parásitos.
“Hemos visto hasta cucarachas cuando hacemos inspecciones”, señaló Mora.
Otro problema es el almacenamiento de este líquido. Si se anuncia que el servicio de agua se cortará, muchas personas la almacenan en envases sucios, no se lavan las manos antes de almacenarla, no usan recipientes con tapa o dejan el agua a la intemperie. Recipientes de barro o arcilla no son recomendables, pues consumen el cloro.
Para el médico salubrista Raúl Brenes, estas costumbres pueden perjudicar el sistema digestivo, sobre todo de niños y ancianos.
“Sin importar si el agua se utiliza para tomar, hacer refrescos o bañarse, estas prácticas pueden hacernos más vulnerables a males digestivos y alergias”, dijo Brenes