Washington. EFE. Las adolescentes que comen con regularidad carne roja comienzan sus periodos menstruales antes que las que ingieren menor cantidad de este alimento. Así lo sugiere una investigación de la Universidad de Míchigan (UM), en Estados Unidos.
El estudio arroja luz sobre cómo la dieta repercute en un temprano inicio de la pubertad, lo que a su vez se vincula con problemas de salud en la madurez, tales como un mayor riesgo de cáncer de mama, enfermedades del corazón, obesidad y diabetes.
Los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la UM midieron la dieta habitual de 456 niñas de entre cinco y 12 años en Bogotá (Colombia), seis años antes de su primera menstruación. El trabajo se enmarca en un proyecto de mayor dimensión que pretende examinar la relación entre la nutrición y la salud en niños y adolescentes.
De esta forma, las menores que ingerían más carne roja –entre cuatro veces a la semana y dos veces al día– comenzaron a menstruar a una edad promedio de 12 años y tres meses.
Frente a esto, las que comían tal producto con menos frecuencia tuvieron su primera regla a los 12 años y ocho meses, en promedio; esto es cinco meses más tarde que las habituales consumidoras de carne roja.
Sí hace diferencia. Cinco meses “es una diferencia importante, ya que se asocia con el riesgo de enfermedades más adelante” , señaló una de las autoras principales del documento, Erica Jansen.
Sin embargo, Eduardo Villamor, profesor de Epidemiología en la UM y otro de los investigadores, reconoce que aún no tienen claro “qué componentes específicos de la carne roja podrían causar la menarquia temprana”.
“ Podría ser la proteína o algún micronutriente presente de forma natural en la carne roja, los subproductos que se crean durante la fabricación o el envasado de carnes curadas o en la cocción, o las sustancias con las que se alimenta el ganado”, dijo Villamor.
La pubertad temprana también se asocia a otros problemas como “la actividad sexual más temprana y el embarazo en la adolescencia”, añadió Villamor.
Este es el primer estudio que examina el consumo de carne roja en la infancia y la menarquia temprana, por lo que todavía no es concluyente.