Nueva York. AP Coca-Cola y Pepsi buscan una nueva fórmula mágica: una soda sin calorías, sin endulzantes artificiales y que no deje un sabor extraño en la boca.
Las dos compañías de soda más importantes del mundo esperan que ese escurridizo trío de características acalle las críticas de que sus productos son malos para la salud y revierta el declive en el consumo de gaseosas, pero una fórmula así podría estar aún muy lejana.
Eso se debe a que el ingrediente para el buen sabor del refresco es también lo que produce sobrepeso: el jarabe de maíz de alta fructosa. Los edulcorantes artificiales que se usan en las bebidas de dieta no tienen calorías, pero son vistos como procesados y falsos.
Los edulcorantes naturales que provienen de las plantas son la alternativa más prometedora, pero las empresas aún no han descubierto la forma de enmascarar el sabor metálico que dejan en la boca.
A pesar de las complejidades, los fabricantes de refrescos siguen adelante en su búsqueda.
“No puedo decir cuándo va a estar aquí”, pero será en un futuro razonable, dijo Al Carey, quien encabeza la unidad de bebidas para las Américas de PepsiCo Inc.
Hay una gran razón para que los fabricantes de sodas estén tan ansiosos por ajustar sus fórmulas y es que su producto se señala como culpable de las abultadas cinturas.
Dos terceras partes de los adultos estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos, según los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).