Investigadores estadounidenses descifraron la estructura de proteínas que contiene el material genético del VIH, lo que da esperanzas de posibles nuevos tratamientos contra esa enfermedad.
El hallazgo, publicado esta semana en la revista Nature , es particularmente importante, pues este material genético es clave para el desarrollo, reproducción y agresividad con que actúa el virus.
Esta estructura del VIH es conocida como la “cápside”; al respecto, científicos de la Universidad de Pittsburgh, en EE. UU., demoraron más de diez años en descifrarlo.
Para ello, utilizaron un microscopio especial que permitía llegar a estructuras diminutas del virus y luego analizar los datos que recogía en una computadora.
Sin embargo, al descubrir esta estructura, los investigadores se encontraron con más preguntas. Por ejemplo, la cápside es asimétrica, así que es muy difícil saber la cantidad precisa de proteínas que contiene.
Además, la estructura tiene tres hélices que protegen la estabilidad de la estructura.
Dificultades. Uno de los mayores retos en el tratamiento de la enfermedad es lo rápido que muta el VIH.
“La cápside debe permanecer intacta para proteger el genoma del VIH al entrar en la célula humana; pero, una vez dentro, tiene que deshacerse para liberar su contenido y que el virus pueda reproducirse y desarrollarse”, aseguró a la agencia EFE Paijun Zhang, una de las investigadoras.
La opinión de Zhang la comparte Luis Enrique Soto, jefe del Laboratorio de Virología Molecular e investigador del Departamento de Infectología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en México.
Durante su visita a Costa Rica, en noviembre pasado , Soto dijo a La Nación que lo que más obstaculiza las acciones contra el virus es su alto poder de mutación, por lo que todavía se está lejos de vacuna y de cura. Esta misma razón haría que la ciencia esté más cerca de una cura que de una vacuna contra el VIH.
“Los avances en el conocimiento del VIH son formidables, pero hay un problema: cada vez que creemos conocer bien el virus, este cambia; su estructura genética muta y dejamos de conocerlo como creíamos. Esto hace difícil controlarlo”, detalló en dicha entrevista.
“Nos queda claro que el virus muta muchísimo y que afecta el cuerpo de formas muy diversas y muy variables”, añadió Soto.