San José (Redacción). Hace cinco meses varias empresas se unieron con la idea de crear un banco de alimentos que atendiera las necesidades de las personas más pobres y con más problemas del país.
Era su forma de canalizar mejor sus proyectos de responsabilidad social y así destinarlos efectivamente a quienes más lo necesitan.
Hoy, el banco de alimentos beneficia cada mes a más de 6.000 personas en condición de pobreza y exclusión.
Por ahora se han recolectado 200 toneladas de alimentos, y se espera que para el año entrante ya se tengan 1.050 toneladas entregadas.
Las donaciones se canalizan a través de 33 organizaciones no gubernamentales que trabajan con estas personas. Se trata de 11 comedores infantiles, ocho centros de rehabilitación para personas con problemas de adicción(cuatro para hombres y cuatro para mujeres), cuatro centros que atienden indigentes, dos centros de atención al indígena, dos centros que atienden a niñas y adolescentes madres. También se benefician quienes trabajan con personas con discapacidad.
"El banco ha hecho por nosotros cosas que jamás hubiéramos imaginado. Hasta tuvimos chocolates y dulces y cereales para hacer una fiestita para los niños del precario el Erizo", dijo Xiomara Salguero, de la fundación la Casa de Paz, que trabaja con mujeres en estado de adicción y abandono, así como con precarios.
Sin embargo, para recibir estas ayudas, las organizaciones deben probar su trabajo.
“Nosotros no trabajamos con cualquier organización. Antes de ver qué organización va recibir los alimentos visitamos el lugar, vemos cómo trabajan,cómo funcionan. Es casi una auditoría”, comentó Napoleón Burgos, director ejecutivo del Banco de Alimentos.
Las empresas o personas que deseen colaborar, ya sea donando alimentos o brindando trabajo voluntario, pueden ponerese en contacto a través de la página www.bancodealimentos.cr.