Expertos coinciden en que jugar con agua con fines didácticos ofrece un aprendizaje muy completo.
Además de ser una actividad sensorial excelente, existen ejercicios capaces de fortalecer todas las áreas del desarrollo (área cognitiva o de inteligencia, emocional y física).
El agua es una herramienta de estimulación integral, que tiene la ventaja de la accesibilidad y es de uso sencillo. Si se utiliza correctamente, logra sorprendentes resultados en los niños, según Carolina Monge, especialista en estimulación temprana.
“Al realizar actividades estructuradas, podemos desarrollar la capacidad de observación e incrementar su espíritu científico e investigativo; por ejemplo, al jugar con elementos que flotan o se hunden, al trabajar con agua fría y caliente –que puede ser teñida de azul para fría y rojo para caliente– enseñamos a los chicos acerca de las diferencias científicas y matemáticas de volumen, peso y cambios en la temperatura”, comentó la experta.
Instrumento educativo. A cualquier edad se pueden aprovechar las bondades del agua.
Para Carolina Chaves, educadora de preescolar de la Universidad Nacional, el agua es un elemento de estimulación por excelencia, con propiedades que se pueden aprovechar en bebés, incluso desde tres meses de edad.
“Aprender con agua es de las actividades más entretenidas para los chicos”, resaltó.
“Con un poco de ingenio, padres o educadores pueden hacer ejercicios para estimular la coordinación visomotora y aprender de las diversas sensaciones que solamente nos ofrece este líquido”, explicó la especialista.