Roma, Italia
El Baptisterio de San Juan de Florencia vuelve a mostrar sus colores originales después de casi dos años de restauración que han permitido a esta joya arquitectónica recuperar su esplendor y mostrar todos sus detalles decorativos.
"La restauración ha sido un trabajo importante por la notable degradación que sufría el Baptisterio. Era necesario restaurarlo porque existía un gran riesgo de perder la nitidez de los detalles en los elementos decorativos, que estaban muy golpeados por el paso del tiempo", explicó a Efe la directora de las labores de restauración, la arquitecta italiana Beatrice Agostini.
Agostini ha dirigido este proyecto, pero la restauración ha necesitado de una serie de consultores, historiadores y arquitectos, además de un equipo de "entre 10 y 15 restauradores" que han trabajado cada día durante un año y nueve meses que han durado las labores.
El proyecto se ha llevado a cabo 70 años después de la última intervención en el edificio y se ha realizado tanto en las ocho fachadas externas, como en las inclinaciones del techo y en la linterna del Baptisterio.
"La restauración ha sido compleja porque había varios tipos de degradación y la dificultad ha estado en igualar el nivel de limpieza en zonas que presentaban una degradación distinta", afirmó Agostini.
El proyecto ha eliminado las capas de incrustaciones y elementos contaminantes que con el paso del tiempo se habían depositado en el edificio, y también ha redefinido los elementos marmóreos decorativos que habían perdido su nitidez debido al paso del tiempo.
"Había elementos decorativos que necesitaban una especial atención porque la degradación era consistente y debía ser absolutamente parado", subrayó la arquitecta italiana.
Agostini reconoció que uno de los momentos más complejos de estas labores de restauración fue cuando el equipo trató de limpiar el techo del Baptisterio.
"En el techo había un deterioro por alteración biológica extremadamente importante, debido a que las raíces de los musgos y de los líquenes estaban incrustados en profundidad", contó.
Tampoco fue fácil la recuperación y limpieza de la linterna, que precisó de un esfuerzo mayor para eliminar las alteraciones que habían ocultado el tono dorado que la recubre.
Han sido casi dos años de "arduo trabajo" que han merecido la pena, aseguró Agostini, pues han permitido "mostrar el Baptisterio en todo su esplendor y que sean admirados también sus detalles, pues " anteriormente la suciedad cubría todo y no se apreciaba como ahora".
La restauración, que ha corrido a cargo de la Opera de Santa Maria del Fiore, ha costado dos millones de euros, una financiación en la que ha participado la propia institución, pero que también se ha conseguido gracias a una campaña de financiación participativa a la que se han sumado miles de ciudadanos, según los responsables del proyecto.
Esta iniciativa de restauración del Baptisterio se incluye en el programa de acción establecido por la Opera de Santa Maria del Fiore con vistas al V Congreso Nacional de la Iglesia, que se celebrará en Florencia en noviembre, y que contará con la presencia del papa Francisco el 10 de ese mes.
El alcalde de Florencia, Dario Nardella, aplaudió recientemente el estado actual del edificio y describió el Baptisterio como "uno de los monumentos más bellos y más queridos por los florentinos, pero también a nivel internacional".
El Baptisterio de Florencia, dedicado a San Juan Bautista, patrón de la ciudad italiana, es un edificio de grandes dimensiones y planta octogonal, que se encuentra en la plaza del Duomo, y que era antiguamente el lugar en el que todos los ciudadanos de Florencia eran bautizados.
Es conocido además por las tres puertas de acceso realizadas en bronce por Andrea Pisano (sur) y Lorenzo Ghiberti (norte y del Paraíso); el original de esta última, considerada una obra maestra del Renacimiento, se conserva en el cercano Museo dell'Opera del Duomo.