Haga usted mismo el examen: ¿Cuántas bolsas con basura saca cada semana para que el camión recolector se las lleve? ¿De qué tamaño son esas bolsas? ¿Cuál es su contenido? ¿Sabe usted a dónde van a parar todos esos desechos?
Quizá nunca se haya puesto a analizar cuántos desperdicios produce en su día a día, pero las cifras que arroja el Ministerio de Salud son alarmantes: en el 2014 los ticos generaron un promedio diario de 5.735 toneladas métricas de basura.
Una joven neoyorquina llamada Lauren Singer pasó de expresar preocupación por el tema a hacer cambios y, desde hace dos años, ella practica un estilo de vida “cero basura”.
Como egresada de la carrera de Estudios Ambientales de la Universidad de Nueva York, Singer razonó que sus hábitos debían ser coherentes con el discurso ambientalista.
En su blog Trash is for tossers , Singer lleva un registro de cómo logró ha logrado reducir sus desechos, al punto que puede guardarlos en un pequeño frasco de vidrio.
¿Cómo? El primer paso fue deshacerse de uno de los contaminantes más dañinos de nuestros tiempos: el plástico.
La joven empezó por sustituir las bolsas de plástico –del supermercado– por otras de tela.
Otro gran cambio lo hizo en su cocina: ella almacena granos, especias, te, semillas, cereales y pasta en envases de vidrio. Para evitar que generan los envases de alimentos y bebidas, Singer compra su comida en mercados y tiendas de productos orgánicos.
Los desperdicios de origen natural, como cáscaras de frutas y verduras, los pone en un gran tazón en la refrigeradora y una vez a la semana los va a dejar a un mercado donde los convierten en abono orgánico ( compost ).
Según declaró la estadounidense al periódico español El País, lo más difícil fue buscar sustitutos orgánicos para productos de uso diario que están cargados de químicos y otros ingredientes contaminantes.
Ella diseñó sus propias recetas para productos de aseo personal como jabón, pasta dental, cremas e incluso detergente, a partir de ingredientes naturales.
La pasta de dientes, por ejemplo, está hecha a base de bicarbonato de sodio, aceite de coco orgánico y aceites de menta o anís.
Sobre su vestimenta, Singer la adquiere en tiendas de ropa de segunda mano (conocidas en Costa Rica como americanas).