Al abrir la jaula de metal, Helena mostró sus heridas: el ojo derecho lesionado -seguramente lo perderá- y un gran temor al hombre, su depredador por tradición en los últimos años.
Hace unos días, esta osita perezosa, de dos dedos, se convirtió en una víctima más de un grupo de niños que la bajaron a punta de pedradas de un árbol donde se alimentaba, en Coronado.
Bautizada con el nombre de Helena por los miembros de la Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (APREFLOFAS), la perezosa pasó a manos de una persona que la tenía amarrada del cuello con el fin de venderla.
Según Roy Corrales Quesada, director de APREFLOFAS, este hombre la cedió a una señora que, preocupada por su situación, empezó a buscar quién podría ayudarla.
"De esta forma llegó a nuestras manos. Ahora, tenemos la tarea de buscar la mejor opción para su traslado a algún lugar que cuente con personal para que la cuiden", manifestó Corrales.
Helena forma parte de la familia Choloepus hoffmanni, de osos perezosos de dos dedos. Ella está en la lista de especies en peligro de extinción en nuestro país.
"Hacemos un llamado a la conciencia para que eviten la extracción y el maltrato a las especies silvestres", concluyó Corrales Quesada.
Desde el sábado, al mediodía, la osita fue trasladada a Tapantí, en Cartago. El objetivo es que se recupere y se readapte a su ambiente natural.
¡Suerte, Helena!