Aunque su recinto es espacioso y posee todo lo necesario, Curubanda –un jaguar hembra– no deja de sentir el peso del cautiverio.
El encierro en animales silvestres suele acarrear enfermedades físicas y alteraciones del comportamiento. Para mitigar sus efectos, Esther Pomareda –bióloga del centro de rescate Las Pumas en Cañas (Guanacaste)– puso a Curubanda a pintar.
Estimulada por los olores, el felino utiliza sus patas, espalda, abdomen e incluso cabeza para esparcir la pintura sobre el lienzo.
"Pintar es una actividad que la desestresa y sí puedo decir que la disfruta. Puede pasar unos 10 minutos con el lienzo si es que yo no se lo quito, porque llega un momento en que lo disfruta tanto que lo voltea y empieza a jugar con él hasta romperlo", comentó Pomareda.
Las obras realizadas por Curu, como cariñosamente le dicen en el centro de rescate, formarán parte de la segunda edición de la subasta Rescat-Arte que tendrá lugar este jueves 10 de agosto.
En total se subastarán más de 30 obras. Para ello, Las Pumas contó con la colaboración de 22 artistas plásticos que forman parte del colectivo Plein Air Costa Rica, quienes se inspiraron en los animales que viven en este centro y donaron su trabajo a la causa.
Asimismo, el centro hizo camisetas con las pinturas de Curu.
"La idea de ponerla a pintar surgió como alternativa para reducirle el estrés. Tiempo después vimos la oportunidad de darle valor a esas pinturas y captar fondos para ayudar al centro de rescate. Uno siempre está viendo cómo generar fondos para el centro, ya que dependemos de donaciones, y vimos una oportunidad en esto", dijo Pomareda.
Anualmente, Las Pumas recibe unos 150 animales producto de rescates, atropellos y decomisos, entre otros. Aunque se logra liberar al 50%, algunos no pueden reintroducirse al bosque porque presentan limitaciones físicas o alteraciones de comportamiento al estar acostumbrados al ser humano, lo cual los hace vulnerables. Por ello, estos se quedan a vivir en el centro de rescate.
Ese fue el caso de Curu, que ingresó a Las Pumas en noviembre del 2012.
¿Quién es Curubanda?
Este jaguar fue rescatado por funcionarios del Área de Conservación Guanacaste (ACG) en el 2012. El animal, que en ese momento era cachorro, se encontraba en el patio de una casa ubicada en Colonia Bolaños. Los perros lo habían arrinconado y estaba muy asustado.
"Cuando llegó donde nosotras, estaba muy flaca y débil", relató Pomareda.
Conforme fue ganando peso y sintiéndose mejor, la bióloga y la médico veterinaria de Las Pumas, Marta Cordero, empezaron a observar que el felino se comportaba de manera diferente.
"Empezamos a notar problemas en sus ojos. Ella nunca hacía contacto directo con uno y nos dimos cuenta que era bizca (tiene estrabismo), lo cual imposibilitó liberarla. Los felinos dependen de la vista para cazar y ella, al no enfocar bien, se le iba a dificultar conseguir comida", explicó Pomareda.
Actualmente, Curu tiene cinco años de vivir en el centro de rescate y ha aprendido a conocer su espacio para orientarse en él. No es completamente ciega, ve sombras y se guía con estas, también se ayuda con los sonidos.
Desde 2014, la hembra de jaguar pinta como parte del Programa de Enriquecimiento Ambiental.
¿Por qué pinta?
En el bosque, los animales están expuestos a una variedad de estímulos que, lamentablemente, pierden cuando permanecen en cautiverio. El enriquecimiento ambiental busca, mediante distintas técnicas, estimular a la fauna para reducir el estrés que provoca el encierro.
Según Halit Khoshen, en su libro Enriquecimiento y bienestar de mamíferos en cautiverio (2013), este enriquecimiento puede ser alimenticio, sensorial, motriz y social. Entonces, por ejemplo, los biólogos y cuidadores se valen de juguetes, juegos, variaciones en la comida y diseño de los recintos para mermar el estrés.
En el caso de Pomareda, la bióloga procura que las jaulas luzcan como el hábitat natural de la especie. Para ello, utiliza troncos, hojas e incluso árboles para "decorar" el recinto y esta "decoración" se cambia constantemente.
También varía el lugar donde coloca la comida para obligar al animal a buscarla y estimularle el sentido de cazador.
Asimismo, para frenar la monotonía, se tienen juegos. Por ejemplo, Pomareda rocía con perfume uno de los troncos porque, al contener feromonas, esto estimula a los felinos. Otro juego consiste en darles "helados" de sangre o cajas para divertirse.
"El enriquecimiento ayuda a romper la conducta que el animal suele agarrar cuando se siente en medio de cuatro paredes que es el estrés, el cual se refleja en el caminado o incluso se pueden morder", explicó Pomareda.
Hasta el momento, solo los felinos pintan y Curubanda es la más entusiasta, aunque también el jaguar macho de nombre Rafa tiene sus obras e incluso los manigordos. "Los pumas, por alguna razón, no les gusta pintar. Es raro, no reaccionan al perfume aunque se utilizan diferentes esencias", señaló la bióloga.
¿Cuál es el secreto? Pomareda utiliza perfumes, los cuales contienen feromonas, que esparce por el lienzo junto con las pinturas, las cuales no son tóxicas y no causan ningún daño a los animales.
"Ella (Curubanda) no sabe que está pintando, nada más reacciona a las feromonas que se aplican al lienzo y que se mezclan con las pinturas", aclaró Pomareda y agregó: "La ventaja que tiene Curu es que como no ve bien, pues no le tiene temor al lienzo. Además es aún joven y le encanta pintar, reacciona muy bien".
Los interesados en adquirir una pintura de Curubanda pueden escribir a laspumas@racsa.co.cr. También pueden contactar al centro de rescate a través del Facebook: www.facebook.com/CentroRescateLasPumas