El costo de alimentos especiales, medicinas y atención veterinaria durante casi tres meses para salvar a un oso hormiguero significó una erogación de unos ¢3 millones a la Fundación Rescate Animal Zoo Ave, pero la lucha valió la pena esta vez, ya que "Cartaguito" se alimenta ya en los termiteros de las altas ceibas del bosque primario en Guanacaste.
No todos los animales agredidos que llegan ahí corren la misma suerte. Prueba de ello es que "Herradura", una hembra de esa misma especie que llegó poco antes al centro de rescate, pero falleció durante el tratamiento.
Sergio González, director de comunicación de Zoo Ave, explicó que los funcionarios que tienen en el bosque de Pilas de Canjel, Nandayure, vieron a Cartaguito entre las copas de los árboles, movilizándose y alimentándose con toda naturalidad y adentrándose en el bosque primario.
Ese oso hormiguero, víctima de diez machetazos y encontrado en Cartago, lleva un micro chip en una de sus patas, por lo que ahora que se ha perdido de vista para los guardas de la finca de 900 hectáreas podrá ser monitoreado mediante un radar.
Antes de regresar a su hábitat en Bosque Escondido, en Pilas de Canjel, Guanacaste, lugar donde Rescate Animal Zoo Ave tiene un proyecto de liberación de animales, Cartaguito pasó por un proceso de preliberación, donde estuvo por casi 15 días adaptándose a las condiciones guanacastecas.
Como una de las heridas la tenía en el hocico y por tratarse de un animal que no tiene dientes, los biólogos tuvieron que alimentarlo con miel silvestre para que, poco a poco, aprendiera a chupar panales, sitios de los cuales toma las termitas cuando se encuentra en la vida silvestre. Ellos comen las que necesitan y dejan otras para que se regenere su fuente de alimentación.
Para regresar a su hábitat el animal se encontraba en un módulo especial lleno de árboles y vegetación hasta que este miércoles lo vieron salir por sus propios medios.
"Estamos muy orgullosos del trabajo que realizó todo nuestro equipo. Sin duda fue una labor ardua, pero se logró nuestro objetivo de ver al animal en la naturaleza y hasta subido en un árbol", expresó González.
Este oso hormiguero agredido perdió un ojo, pero en estos animales la visión es baja, por lo que con uno pueden sobrevivir. Además de termitas, se alimentan de otros insectos. Su población bajó en un 80% en los últimos años, es por eso que el Zoo Ave optó por reintroducirlo a la naturaleza en una finca cerrada al público.
Para sufragar los gastos esta Fundación obtiene los recursos de la taquilla que los visitantes pagan al entrar en sus instalaciones ubicadas en La Garita de Alajuela puntualizó González.