El satélite Sentinel-1B envió su primera imagen correspondiente al archipiélago noruego de Svalbard. Este es el cuarto satélite del programa Copérnico, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que busca recabar datos para vigilar océanos, ríos, lagos, glaciares, desastres naturales o el clima, y así mejorar la gestión del medio ambiente.
Cuando el Sentinel-1B alcance su destino final, orbitará a 180 grados de separación de su gemelo casi idéntico, el Sentinel-1A, lanzado hace dos años, lo que proporcionará una cobertura mucho más completa del planeta.
Los Sentinel-1 llevan a bordo un avanzado instrumento radar, construido por la firma Airbus Defense and Space, y que es capaz de observar la superficie terrestre a través de las nubes y la lluvia, independientemente de si es de día o de noche.
Esto lo convierte en la misión ideal para, por ejemplo, observar las regiones polares, en las que hay oscuridad en los meses de invierno, o los bosques tropicales que suelen estar cubiertos de nubes.