Esta Semana Santa, los vacacionistas que se trasladen a las costas podrán tener la certeza de estarse bañando en aguas limpias.
Más del 90% de las playas del país poseen niveles de contaminación mínimos, lo que las hace aptas para la natación y, por tanto, no hay riesgo para la salud.
Así se desprende del análisis de calidad de agua realizado en el 2013 en el marco de Bandera Azul Ecológica (BAE), programa liderado por el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), con apoyo de otras entidades estatales y privadas.
Una playa es considerada apta para la natación cuando los estudios de agua indican que, en una muestra de 100 mililitros, hay menos de 240 coliformes fecales.
De las 122 playas evaluadas en el 2013, 114 registraron menos de 240 coliformes fecales. Esa alta calidad ambiental motivó que recibieran el galardón de BAE.
“El 47% de esas playas con Bandera Azul Ecológica son AA, eso quiere decir que, en promedio, tienen menos de 10 coliformes fecales en 100 mililitros de agua”, recalcó Darner Mora, coordinador nacional de BAE.
Para Mora, esta cifra tan alta de playas limpias se debe al trabajo de los comités locales de BAE, los cuales emprenden una serie de acciones en favor del ambiente, como recolectar residuos, clasificarlos y reciclarlos. También realizan actividades de educación ambiental para concientizar a vecinos y turistas.
Ejemplo de ello es la playa de Puntarenas. Ubicada frente al paseo de los Turistas, esta apenas registra 65 coliformes fecales en 100 mililitros de agua.
Sin embargo, aunque trabajan duro y se esfuerzan, algunos comités locales aún no logran reducir la cantidad de materia fecal y basura que llega a la costa producto del arrastre de los ríos. Este es el caso, por ejemplo, de Tárcoles, en Puntarenas, y Los Baños, en Limón.
Playas contaminadas. Lo que sucede cuenca arriba afecta cuenca abajo. Muchas veces, la gente de la costa sufre las consecuencias de las malas prácticas de quienes viven en tierras medias y altas.
Ante la carencia de alcantarillado sanitario a lo largo de la cuenca, las playas limonenses de Portete, Cieneguita y Los Baños son receptoras de aguas residuales que terminan contaminando sus playas.
Pasa lo mismo en el centro de Quepos. Y, aunque en el centro de Golfito no hay playa, sus aguas tienen más de 240 coliformes fecales, por lo que no es recomendable que las personas se bañen allí.
En el caso de Puntarenas, las playas Azul, Tárcoles y Guacalillo reciben la basura de la Gran Área Metropolitana (GAM).
“¿Quién contamina Tárcoles? Tendría que decir que los más de dos millones de personas que vivimos en el Valle Central”, enfatizó Mora. De hecho, en 2007, un vecino de la comunidad de Quebrada Ganado (Garabito, Puntarenas) interpuso un recurso de amparo dadas las malas prácticas ambientales de los residentes del Valle Central.
La Sala IV acogió el recurso y se pronunció a su favor. El llamado “Voto Garabito” obligó a distintas entidades a trabajar en conjunto para sanear la cuenca de los ríos Virilla y Grande de Tárcoles . Para ello se creó una comisión que reúne a ministerios, instituciones y municipalidades.
Una persona que se baña en una playa contaminada se expone a enfermedades por el contacto directo con “agua sucia”. Entre esos males figuran sinusitis, bronquitis y otitis, así como lesiones en la piel.