Al planificar sus vacaciones, tome en cuenta que ya no solo tendrá que reservar espacio para usted o su familia en un hotel de playa o montaña, sino que también deberá hacerlo para su mascota. ¡Y hágalo con tiempo!
Este fin de año, muchos hoteles para perros ya están con la ocupación al tope, pero en enero y febrero todavía hay “camas” disponibles.
“Nosotros empezamos a recibir reservaciones desde setiembre y ya para diciembre estamos llenos. Tenemos espacio para después del 15 de enero”, comentó Juriel Navarro, del hotel Mi Perro de Paseo, ubicado en San Mateo, Alajuela.
Al ser animales que requieren espacio para socializar, el cupo es limitado en muchos de estos sitios. En promedio reciben unas 10 mascotas a la vez.
¿Qué ofrecen? Lo principal es el espacio al aire libre (hay fincas con 500 metros cuadrados de zonas verdes) y la posibilidad de jugar con otros canes. Incluso, algunos hoteles ofrecen toboganes, piletas con arena y piscinas para facilitar el entretenimiento.
El cuido médico es esencial en estos establecimientos, por lo que cuentan con un veterinario y al cliente se le pide el historial de salud de la mascota para vigilarla durante la estadía.
Aparte del hospedaje, algunos lugares ofrecen otros servicios como transporte y peluquería.
Existen sitios, incluso, que reciben gatos. Ese es el caso de Villa de Perros, en Santa Ana, y Medipet, en Sabana Sur.
En promedio, la estadía cuesta unos ¢10.000 por noche y en algunos lugares existe un mínimo de noches que el animal debe permanecer como huésped.
Requisitos. La mayoría de los sitios pide que se entregue la mascota con el alimento que suele consumir, con la tarjeta de vacunas al día, desparasitado y libre de pulgas y garrapatas.
En ciertos hoteles hay restricción de razas. Por ejemplo, Mi Perro de Paseo no acepta razas como pitbull, american staffordshire o rottweiller.
Otros, como Perruguardería, ubicado en Brasil de Mora, no ponen una restricción de este tipo, pero sí realizan una entrevista previa al dueño y conocen a la mascota para detectar problemas de comportamiento.
“No aceptamos machos sin castrar y las hembras se reciben cuando no están en celo. Eso nos asegura una convivencia más tranquila”, detalló Joan Arriens, de Perruguardería.
Para evitar problemas de convivencia, los hoteles separan a los perros pequeños de los grandes. Cada uno tiene un área exclusiva para dormir y jugar.