Este lunes oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas decomisaron un trasmallo de 300 metros de largo el cual fue colocado por pescadores en las cercanías del humedal La Trocha en el Golfo Dulce, en el Pacífico Sur.
El Golfo Dulce es uno de los pocos criaderos naturales de peces que quedan en ese litoral, además de las áreas protegidas, por lo que se tiene prohibido el uso de redes o tramallos. Sin embargo, los oficiales de Guardacostas decomisan hasta 10 artes de pesca de ese tipo ciertas semanas.
La idea de proteger ese estuario marino es favorecer a los mismos pescadores, ya que al permitir la reproducción de las especies se garantiza que pargos, róbalos, corvinas, roncadores, camarones y cangrejos se puedan perpetuar y sean el sustento de los trabajadores del mar que los pueden capturar en otras zonas.
De acuerdo con el comandante Félix Villalobos, jefe de la estación de Guardacostas de Golfito, ese tipo de arte de pesca tiene una capacidad destructiva sumamente alta ya que, debido al pequeño diámetro de cada agujero de la red, deja atrapados hasta los peces más pequeños, que ni siquiera han llegado a la etapa de reproducción, y se afecta los ecosistemas marinos, además de la propia actividad pesquera.
En un comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad, Villalobos explicó que fuera del Golfo solo se permiten los trasmallos que tengan agujeros de 3,5 pulgadas en adelante, los cuales capturan solo especies adultas, ya que los juveniles logran pasar a través de la red.
Pese a tales regulaciones, el jefe local del Guardacostas denunció que algunos pescadores insisten en la irracional práctica de colocar redes dentro del Golfo Dulce e incluso con tamaños inferiores al descrito, interrumpiendo así el desove de diversas especies.
El costo económico de esas redes es alto y, tras los hallazgos, son entregadas a las autoridades respectivas para que procedan a quemarlas.