COP 20 LIMA
Michelle Soto M.
msoto@nacion.com
Lima, Perú. Centroamérica no se repone del huracán Mitch (1998), a pesar de los esfuerzos, y su vulnerabilidad histórica la coloca en clara desventaja para enfrentar el cambio climático.
Al analizar el impacto de los eventos meteorológicos extremos ocurridos entre 1994 y el 2013 la región figura entre las zonas más frágiles del mundo.
Este año, lidió con sequías y, en octubre, con inundaciones generadas por un frente frío, señaló el informe Índice de Riesgo Climático Global (IRC).
El análisis es elaborado por la organización Germanwatch y utiliza datos proporcionados por la iniciativa NatCatSERVICE, que cuantifica las pérdidas humanas, naturales y económicas causadas por fenómenos meteorológicos.
Pero debe hacerse una salvedad: el IRC toma en cuenta solo eventos meteorológicos extremos como inundaciones, tormentas u olas de calor; no considera otros derivados del cambio climático como o son el incremento del nivel del mar, el deshielo glaciar o la acidificación de los océanos.
“El IRC no permite una medición exacta de la vulnerabilidad, pero al menos puede ser visto como un indicador de esta”, comentó Sonke Kreft de Germanwatch.
El análisis se dividió en dos. Primero, se tomaron en cuenta los eventos extremos del 2013.
Se identificó que Filipinas, Camboya y la India fueron los países más afectados por los eventos extremos, seguidos por México, San Vicente y las Granadinas.
Sonke Kreft explica que nueve de los diez países más afectados son economías pobres y cuatro de ellos están ubicados en América Latina y el Caribe.
El segundo período de análisis es más histórico, abarca datos entre 1994 y el 2013. Según Kreft, en este lapso sucedieron cerca de 15.000 eventos extremos y murieron, al menos, 530.000 personas por causa directa de estos.
En el análisis histórico, sale a relucir la vulnerabilidad de Honduras (primer lugar), Nicaragua (cuarto) y Guatemala (décimo) entre los primeros 10 puestos del ranquin.
“Persiste una alta vulnerabilidad en nuestro país porque, aunque existe cooperación, no hemos podido recuperar la infraestructura social y productiva devastada por el huracán Mitch”, comentó Carlos Alberto Pineda, delegado hondureño en la Cumbre sobre el Clima (COP20), que esta semana tiene lugar en Lima, Perú.
“Aunque se han tomado medidas como lo son el manejo forestal, la creación de corredores biológicos y el fomento de la producción sostenible, estas no han logrado mover los índices. No aparecemos en el ranquin del 2013, pero seguimos apareciendo en el histórico”, agregó Pineda.
Para Roberto Portilla, director de la Oficina de Cambio Climático de Honduras, la vulnerabilidad la acrecienta la ubicación geográfica del Istmo y la pobreza. “Esto indica que existe una menor resiliencia (capacidad de sobreponerse) en nuestras comunidades”, dijo Pineda.
En la reunión del clima realizada en Varsovia, Polonia, en el 2013, dos temas se pusieron sobre la mesa de negociación: las pérdidas y los daños.
En esta cita en Lima, el asunto vuelve impulsado por los países vulnerables al cambio climático. “Es imperativo que el mecanismo de daños y pérdidas sea parte de las negociaciones del nuevo tratado del clima”, destacó Heherson Álvarez, delegado de Filipinas.
El Sistema de Integración Centroamericana (SICA), bloque negociador del cual forma parte Costa Rica, tiene la gestión de riesgo climático en su agenda.
En este sentido, según Pineda, Centroamérica se enlazó en una red meteorológica regional que permite contar con datos científicos para la toma de decisiones.
Sin embargo, de acuerdo con Portillo, aún se requiere conseguir financiamiento para los proyectos de adaptación.
“Toda esta vulnerabilidad tiene un origen: la mala planificación del uso del territorio. Nosotros somos un país con un 50% de vocación forestal, pero el 38% está agrícola. Corremos un gran riesgo de poner nuestra seguridad alimentaria en peligro porque las condiciones geográficas no nos favorecen, y allí es donde debemos invertir a largo plazo, en adaptación”, resaltó Portillo.