Le Bourget, Francia
Proteger los bosques y restaurar las tierras degradadas por la agricultura intensiva o la deforestación masiva, son dos aspectos importantes para luchar contra el calentamiento global, según un informe presentado este sábado en el marco de una actividad paralela a la COP21 .
Estas acciones permitirían bajar las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030 entre 3,6 y 9 gigatoneladas de CO2, según cálculos de New Climate Economy (NCE).
Las actuales emisiones mundiales son de unas 52 gigatoneladas y deben reducirse hasta las 42 gigatoneladas en el 2030, según Naciones Unidas. “Para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para adaptarse al cambio climático, son vitales mejores prácticas sobre el uso de tierras”, declaró Ngozi Okonjo-Iweala, miembro de la Comisión Global para la Economía y el Clima, que encargó este informe.
Esta evaluación integra varios objetivos de iniciativas internacionales. Entre ellos figura llevar a cero la pérdida de superficie forestal en el 2030, restaurar 350 millones de hectáreas de bosques y 150 millones de hectáreas de tierras agrícolas degradadas. También apuesta por la mejora de la productividad agrícola.
Las tierras degradadas engloban desde las turberas secas en el sureste de Asia, hasta las colinas erosionadas en África, pasando por los suelos arrasados por las lluvias en América del Sur. Estas tierras ya no son fértiles ni retienen más agua, lo que aumenta la deforestación de bosques para implantar nuevos cultivos.
Aún falta dinero para alcanzar las metas. El informe estima que se necesitan $250.000 millones anuales, pero el financiamiento actual es de $25.000 millones.