Fernando Díez Losada
El DRAE definía así, en ediciones pasadas, glucosa : “Azúcar de color blanco,
cristalizable, de sabor muy dulce, muy soluble en agua y poco en alcohol, que se halla disuelto en las células de muchos frutos maduros, como la uva, la pera, etc., en el plasma sanguíneo normal y en la orina de los diabéticos. Con fines industriales se prepara mediante hidrólisis de las féculas”. Como pueden ver, se trata de una definición harto compleja. La actual edición (22.ª) dice, más sencillamente: “glucosa. Aldohexosa de seis átomos de carbono.
Sólido blanco, muy soluble en agua, de sabor muy dulce, que se encuentra en muchos frutos maduros”.
Glucosa se tomó, a finales del siglo XIX, del francés glucose. Sin embargo, si nos atenemos a la etimología griega ( glycys ´dulce´), el término debió ser en nuestro idioma glicosa .
Pues bien, la incongruencia de u-i en la derivación española de glycys ha originado un uso médico de glicemia ( hipoglicemia, hiperglicemia ) frente a un uso académico de glucemia ( hipoglucemia, hiperglucemia ).
Pero ya el Diccionario panhispánico de dudas , de la RAE, lo aclara: glucemia .
‘Presencia de glucosa en sangre’… En amplias zonas de América es mayoritaria la variante glicemia , más cercana al étimo francés glycémie…
En cuanto a azúcar , el propio Panhispánico expone: azúcar . 1 . ‘Sustancia cristalizada usada para endulzar’. Es válido su uso en ambos géneros, aunque, si va sin especificativo, es mayoritario su empleo en masculino:
«Mientras revolvíamos el azúcar, Alfonso tomó la palabra» (Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]); «Se trató sin éxito de facilitar la inmigración de colonos [...] para fomentar el cultivo de la azúcar» (Silvestrini/LSánchez Puerto Rico [P. Rico 1987]).
Cuando lleva un adjetivo especificativo, este puede ir asimismo en cualquiera de los dos géneros, aunque suele predominar el femenino: «Les preparaban una exquisita compota acaramelada con azúcar prieta» (Sarduy Pájaros [Cuba 1993]); «Puedes aromatizar la nata con azúcar avainillado» (Arguiñano Recetas [Esp. 1996]). En plural, lleve o no especificativo, es claramente mayoritario el masculino: «Ponga el agua a calentar e incorpore ambos azúcares» (Domingo Sabor [Esp. 1992]). También es predominantemente masculino con el sentido de ‘hidrato de carbono simple’, tanto en singular como en plural. 2 . Este sustantivo tiene, además, la particularidad de admitir su uso con la forma el del artículo y un adjetivo en forma femenina, a pesar de no comenzar por /a/ tónica: «Se ponen en una ensaladera las yemas y el azúcar molida» (Ortega Recetas [Esp. 1972]). Se trata de un resto del antiguo uso de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que comenzaban por vocal, tanto átona como tónica, algo normal en el español medieval.