15/03/2013 Afuera de la Asamblea legislativa la periodista Stephanie Gonzlez, del partido PAC /Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
¿Qué estás pensando?, pregunta Facebook. Publique un nuevo tuit, sugiere Twitter. ¿Dónde estás?, consulta Foursquare.
Algunas personas contestan a esas interrogantes en su uso cotidiano de las redes sociales, ya sea por trabajo, para matar el tiempo o simplemente para opinar .
Sus “respuestas” son almacenadas en línea y eventualmente se pueden volver un arma de doble filo para ellos.
Pues pueden influir en la imagen que se tiene de ellos en su lugar de trabajo, generarles problemas y hasta alejarlos de una buena oportunidad de empleo.
Por eso hay que manejarse en ellas con precaución. Así lo recomienda David Zamora, un joven de 21 años, dedicado al mercadeo digital.
Él recuerda que en alguna ocasión pidió permiso a sus jefes para atender una emergencia. Un viaje que debía realizar con su papá a Malpaís.
“La emergencia era cierta, pero en ese lugar era el concurso (femenino) Piel Dorada y yo subí fotos al Facebook. Luego en el trabajo todo el mundo me decía: ‘no que era una emergencia’”, recordó el joven.
“Me vacilaron y me di cuenta de que mis jefes hablaron por detrás. Nunca me confrontaron, pero se prestó para que la gente hablara”, memora David.
Desde entonces se volvió más discreto y cuidadoso a la hora de decidir qué comparte y qué no, en sus perfiles sociales.
Como consejo aseguró que uno solo debe agregar a gente que conoce en las redes sociales y si se tiene al jefe como contacto, es recomendable restringir el tipo de publicaciones que este podrá ver.
“También me pasó que apliqué (sic) a un trabajo y el dueño de la empresa me agregó a Facebook sin ni siquiera haberme llamado para la entrevista laboral. Cuando finalmente me citaron, me comentó: ‘vi que hacías esto, y lo otro’”, evoca Zamora.
Para él es mejor resguardar el contenido que está público: “Si hacen ese tipo de monitoreo y ven que uno pasa en una pura fiesta, el empleador no va a estar confiado y la persona podría perder un puesto de trabajo”.
La precaución también es válida para los trabajadores que ya están contratados en una empresa, sobre todo si como parte de sus funciones deben manejar cuentas de redes sociales para clientes externos o de la misma compañía.
Al publicista de 25 años Jack Aguero le pasó, en su segundo día de trabajo, cuando laboró como community manager.
Aguero recuerda que publicó “una burrada” en la cuenta de un cliente, pensando que era la suya.
El comentario estaba relacionado con la campaña virtual “Fuera Justo Orozco”, movimiento en línea para exigir que el legislador del Partido Renovación Costarricense se separara de su cargo como presidente de la Comisión de Derechos Humanos.
“Estaba usando HotSuite, una aplicación que permite administrar varias cuentas de Twitter al mismo tiempo (...). Una compañera me preguntó si yo lo había publicado. Apenas me di cuenta lo borré y no pasó a más”, dijo el joven.
De hecho, sus jefes se enteraron porque él les informó, pero uno que otro usuario de la famosa red de microblogging tomó una fotografía de la página para documentar lo sucedido.
“Hay que tener cuidado, cinco minutos de un error tuyo son como 100 likes burlándose de la marca del cliente”, dijo Aguero.
Este joven se dio cuenta a tiempo. Sin embargo, Internet tiene una “memoria de elefante” y la información publicada en el pasado también pueden traer consecuencias futuras.
Limpieza. Por eso, existen herramientas en línea para limpiar los perfiles de Twitter y Facebook, una de ellas es Simple Wash disponible en http://simplewa.sh .
El sitio promete llevarse toda la “basura” que el perfil haya podido acumular, tanto fotografías, como actualizaciones de estado.
Para comenzar la limpieza, la persona debe registrarse con su usuario y contraseña en la red social escogida.
La aplicación le enseñará las publicaciones que le podrían traer consecuencias y él tendrá la opción de decidir si se deshace de ellas o las conserva.
En caso de que se registre en Twitter, Simple Wash ubicará los tuits que contengan una lista de palabras predeterminadas, entre las que figuran “sexo”, “drogas”. Además de otras que él mismo podrá escoger.
“Quienes ya han tenido problemas en redes sociales deben limpiar su perfil y hacer los cambios necesarios”, recomendó Ana Gabriela Chaverri, gerente de cuentas regionales de Manpower Centroamérica y República Dominicana.