María Selva García tiene 34 años y hace poco más de un mes dio a luz a una bebé llamada Claraluz en su casa ubicada en Cartago, asistida por una partera profesional.
Ella eligió que su hija viniera al mundo en un ambiente familiar. Quería que su cuerpo expulsara a la niña sin ayuda de drogas o procedimientos quirúrgicos.
García es parte del grupo de mujeres que, en Costa Rica, optan por tener el parto en el hogar, una práctica que dejó de ser popular hace más de 50 años.
En Costa Rica, solo el 3% de los nacimientos tienen lugar fuera de un hospital. En el 2007, se registraron 2.194 alumbramientos en estas circunstancias.
Oficialmente, estos casos son atribuidos a emergencias. Usualmente son mujeres que dieron a luz en algún lugar camino al hospital o estaban lejos de este.
Sin embargo, los nacimientos fuera de centros hospitalarios también cuentan a los bebés de madres que optaron por dar a luz con ayuda de comadronas.
Una consulta realizada por La Nación a parteras revela que esta tendencia es seguida por futuras madres atraídas por la medicina alternativa y la práctica del yoga.
Estas mamás prefieren “lo natural” frente a aquello que altera su organismo. Algunas son ticas, otras provienen de países donde esta práctica es parte del sistema de salud (Canadá, Estados Unidos y países de Europa).
Los alumbramientos son asistidos por parteras, profesión que se creía extinta en el país, y por una ayudante cuya función es dar apoyo emocional a la madre.
Luis Guillermo Ledesma, director del Hospital Nacional de las Mujeres, dijo que los partos en el hogar son una realidad en el país, ante una necesidad de intimidad y comprensión de la mujer.
Una opción. Desde hace cinco décadas, los nacimientos salieron de las casas e ingresaron al hospital, y esta tendencia parece mantenerse.
No existen datos que sugieran un crecimiento de los partos en el hogar, pero sí de la información disponible sobre esta alternativa.
En Internet, las organizaciones llamadas Asociación Mamasol y Acompañando Mamás en el Nacimiento (AMAN) promueven el parto “humanizado” en casa como una opción en el país.
Rebecca Turecky, quien dirige Mamasol , opina que existe más interés en el alumbramiento en el hogar respecto a años atrás.
“Hay más conciencia sobre esta opción. En la televisión por cable existen programas de partos en agua y en el hogar. Las mujeres ven la experiencia, y algo suena bonito para ellas”, señaló.
Turecky obtuvo un doctorado en enfermería y partería en Estados Unidos y es parte del Colegio de Enfermeras de Costa Rica.
Las futuras madres llegan a esta comadrona por recomendación de antiguas pacientes. Ella atendió ocho nacimientos en mayo. Esta cifra la considera elevada, pero asegura que varía cada mes.
A su vez, AMAN ofrece información a las mujeres sobre hospitales, cursos de preparación para embarazo y nacimiento natural, yoga e hipnosis para el parto.
Según Nathalie Steverlynck, de AMAN, hay pocas mujeres en el país que optan por alumbrar en el hogar; no obstante, destacó que hoy existe más información sobre dicha posibilidad.
“Esta es una opción para embarazos sin complicaciones”, dijo Steverlynck, quien integra el Registro de Parteras de los Estados Unidos.
El trabajo de partera es legal, pero limitado en el país. Su función es advertir a la mujer sobre el momento de ir al hospital y atender partos de “emergencia”, según el reglamento del Ministerio de Salud.
En la actualidad, 20 parteras están registradas en el Ministerio, principalmente de zonas alejadas.
La profesión de comadrona no existe en el país. Ningún centro de estudios brinda la especialidad. Esta situación impide a las personas capacitadas en el extranjero validar su título en Costa Rica.
Reparos. Hay opiniones encontradas sobre la práctica del parto en el hogar y la existencia de las parteras en nuestro país.
Luis Guillermo Ledesma aclaró que él no está en contra de esta opción, pero sí de las condiciones en las cuales se desarrolla aquí.
“El alumbramiento en el hogar requiere de un sistema de respaldo a las comadronas, carreteras adecuadas y comunicación con los hospitales”, expresó.
Una opinión contraria tiene Carlos Orozco, médico pediatra y naturalista, quien asiste a las mamás fuera de los hospitales.
Según Orozco, el rechazo al alumbramiento en casa se debe a la ignorancia sobre el manejo de la situación. “Es una opción segura para descongestionar los hospitales”, opinó el médico.
Para María Luisa Ávila, ministra de Salud, se tiene libertad de elegir cuando el estado de salud de la mujer es óptimo.
Ávila destacó que no hay casos de madres fallecidas durante partos en casa, pero admitió problemas en el registro de mujeres atendidas por complicaciones.
“Nadie certifica el estudio de las parteras. Si algo ocurre, no hay ningún colegio profesional que respalde a las pacientes”, añadió María Luisa Ávila.