El hombre detrás de la voz (o las voces, para ser exactos), adquirió un nombre hasta esta semana. Es penoso admitir que fue la muerte la que me presentó a Jorge Arvizu.
El primer indicio de que estaba ante un “muertazo” fue su apodo de El Tata . “¿Ese es el mismo que bajaba las escaleras rodando en La criada bien criada y que se pasaba pidiendo su cocol?”, pregunté cuando algunos compañeros de redacción me contaron del deceso. A partir de ahí sentí como si se me hubiera muerto un pariente.
El entrañable personaje de El Tata –un viejillo greñudo siempre en bata, bromista y beisbolero– me sacó mis buenas carcajadas de niño, como parte de la maravillosa oferta de comedias livianas de Televisa que en Costa Rica daba Canal 2. Sentarse a ver La carabina de Ambrosio, Las solteras del 2, Papá soltero y Los Polivoces era un ritual en mi casa.
Sin embargo, el verdadero valor del recién fallecido actor mexicano estriba en aquellas veces en que no le vimos la cara: Arvizu se convirtió en leyenda y en alguien cercano a millones de niños latinoamericanos gracias a su voz.
El pasado martes, conforme las noticias sobre su muerte se empezaron a acumular, la admiración para El Tata se disparó, pues este hombre hizo hablar en español a la mayoría de los personajes animados que moldearon nuestra infancia.
¿A cuál tico le importa cómo sonaban en su inglés original Pedro Picapiedra o Pablo Marmol? Para nosotros, las estrellas cavernícolas de la Hanna-Barbera hablarán siempre con las voces que Arvizu les regaló. Y lo mismo corre para con Bugs Bunny, el Pato Lucas, Súper Ratón, las Urracas Parlanchinas, el Gato Félix, el Pájaro Loco, Mr. Magoo, Canito y Canuto, Benito Bodoque y Popeye.
Autodidacta y con apenas educación formal , Arvizu muchas veces aprovechó su trabajo en doblaje para imprimirle identidad latina a algunos personajes, incluso inventándoles referencias a nuestros países que no eran parte de la trama original.
De sus cuerdas vocales también salieron doblajes inolvidables para series estadounidenses hoy clásicas, como el Tío Lucas de Los Locos Adams ; el carismático robot de Perdidos en el espacio , y, por sobretodo, el espía Maxwell Smart, estrella de El Superagente 86 .
El pegue de la voz al español del 86 fue tal que cuando se hizo en el 2008 una película basada en la serie, con Steve Carrell ocupando los zapatos de Don Adams, Arvizu fue contratado para el doblaje. Incluso la película en México no se exhibió con subtítulos, pues el público quería oír a Maxwell con la voz de El Tata .
A los 81 años, Jorge Arvizu hizo silencio esta semana. Sé que no será la celebridad muerta del 2014 (Philip Seymour Hoffman, Shirley Temple...) pero eso no quita que su partida nos cayera encima como un saco de ladrillos.