Con Modern Family –la popular serie de la ABC que arrasa año tras año en los Emmy– llegaron a la televisión historias diferentes y auténticas, y su éxito sirvió para confirmar que el público está dispuesto a profundizar en relatos cuyos personajes se asemejan más al mundo que se ve al otro lado de la ventana que a los de dramas cliché y comedias cajoneras a los que la caja nos acostumbró durante tantos años.
A su vez, la frontera entre el drama y la comedia ha sido constantemente invadida, irrespetada, aplastada y destruida con el pasar del tiempo, desde antes de que existiera Modern Family y hasta donde nos transporte la satisfacción de reír para no llorar, de soltar una carcajada para combatir lo que nos agobia, ¿porque qué más podemos hacer?
En ese sentido, HBO ha propuesto durante los últimos años unas cuantas producciones para ese híbrido cómico-dramático que viene en auge, de la mano de series como Girls y Looking , con las que ha inyectado en el mercado del entretenimiento nuevos referentes que ahondan en temáticas mucho más humanas y harto relacionadas con la cambiante sociedad en la que nos desenvolvemos.
No obstante, una vasta mayoría de esas genuinas representaciones de la vida moderna se han concentrado en el puente entre la juventud y la adultez. En esas dos series de HBO la audiencia conecta con personajes que están tratando de poner un pie en el futuro, al mismo tiempo que procuran definirse y acomodar sus convicciones –antiguas y recientes– en aras de encontrar prosperidad.
¿Pero qué pasa diez años después? ¿Qué pasa cuando el mundo sigue su curso y los personajes todavía no encuentran las respuestas a las interrogantes que los acosan desde los veintes? ¿Qué pasa cuando las dudas se transforman? Para contarlo llegó Togetherness , para explorar el umbral a la madurez y los vacíos constantes de la mediana edad; es decir, de los treintas casi cuarentas.
La nueva serie de HBO –cuyo debut estrena este domingo a las 8:30 p.m.– ha sido nombrada por la prensa como comedia para adultos, pues explora situaciones que nada tienen que ver con la juventud. No por ello es apta solo para ese sector demográfico, pero los adultos la comprenderán mejor.
La dureza de la vida agitada
Producida, escrita y en su mayoría dirigida por los hermanos Mark y Jay Duplass (que debutan en la producción televisiva con la serie y que antes trabajaron en cintas como Baghead , The One I Love y Your Sister's Sister ), Togetherness nació como un reflejo de las vidas de sus creadores, quienes empezaron a darle forma bien metidos en las tres décadas.
“Nos sentíamos atacados por la enorme tarea, en nuestras mentes, que era tratar de ser buenos padres y buenos esposos y también de ser buenos en nuestros trabajos, que son muy demandantes y una suerte de ‘trabajos soñados’”, contó Jay en entrevista con LA Times .
Sin embargo, bastó con que los hermanos echaran una mirada alrededor para que notaran el otro extremo de la ecuación: la buena porción de amigos contemporáneos que no estaban casados, no tenían hijos, no tenían una carrera y estaban en una especie de limbo.
Con la colisión de ambos mundos se les prendió un bombillo: “Los dos grupos tienden a ser miserables en partes iguales, y eso nos dio cantidades infinitas de material”, manifestó Jay Duplass.
En la serie, su hermano Mark hace el papel de Brett Pierson, quien está casado con Michelle –papel de Melanie Lynskey (mejor conocida como Rose en Two and a Half Men )–. La pareja tiene dos hijos y el matrimonio es rutinario: hay nulo sexo y muchísimos problemas personales.
No más comenzando, la casa de los Pierson recibe a dos cabezas más: Alex Pappas (interpretado por Steve Zissis), el mejor amigo de Brett, un actor de baja clase que está en quiebra y necesita ayuda; y Tina (encarnada por Amanda Peet), la hermana de Michelle, quien recién entró en la soltería y se mudó a Los Ángeles, donde se desarrolla el programa.
Mientras el matrimonio intenta resolver sus diferencias y sobrevivir a ese dificultoso trajín –propio de cualquier relación larga–, los nuevos inquilinos se empiezan a llevar muy bien y la química es evidente. De pronto, en unidad podrán solucionarse a sí mismos; Alex se asume como un perdedor, gordo y desempleado que nunca pudo mostrarle al mundo de lo que es capaz, y Tina no puede soportar el no ser madre ni estar casada a los 40.
A lo largo de los primeros ocho episodios de la serie, los cuatro personajes son igualmente protagonistas, y mediante entregas de media hora la audiencia vive sus angustias, sus deseos, sus terapias de pareja, sus acercamientos a la infidelidad y su forma de evitar el aburrimiento de la vida ordinaria. Y es por esa intromisión en la vida ordinaria que la serie ya se está ganando el aplauso de la crítica.
Vítores, elogios y expectativas
“ Togetherness funciona estupendamente porque es una serie que logra el mayor efecto de todos: ser completa, total y maravillosamente ordinaria”, afirmó un crítico de televisión e n el portal web Indiewire , el cual llamó al show “el próximo gran dramedy de HBO”.
“ Togetherness es vendida como una comedia, y es normalmente graciosa, pero también toca el corazón. Al menos simpatizamos con los personajes, y en otros momentos nos dejamos mover profundamente por ellos”, señaló en su crónica el San Francisco Gate .
LA Times aseguró que el programa no es tan descarado como Sex and the City ni tan oscuro como Girls . “HBO está apostando a que los Duplass puedan abrir el paso hacia verdades sobre las relaciones modernas de maneras que un producto resbaloso y más comercial, como Modern Family , nunca podría”.
A la vez, muchos medios afirman que se trata de la producción mejor lograda por la dupla de hermanos en sus más de diez años de carrera, algo que para sus fans ya es mucho decir. Nada mal para dos tipos que vieron nacer la televisión por cable y ahora trabajan con HBO.
En una entrevista reciente con el Huffington Post , Jay explica ese sentimiento de estar en la cima: “Tengo cero objetivos profesionales. Hemos llegado más lejos de lo que alguna vez pensé; hemos sido financiera y críticamente exitosos durante diez años. Lo disfruto, pero estoy tratando de resolver cómo estar en el bufé del Four Seasons de mi carrera y no comerme 150 pedazos de tocineta solo porque he tratado de llegar a esta tocineta durante toda mi vida.
“Todavía veo la tocineta y pienso: ‘No merezco esta tocineta’. La tocineta no es necesariamente buena para mí. Por cierto, esta tocineta podría no estar aquí luego, ¡así que mejor nos comemos la maldita tocineta mientras podemos!”.