El poder nunca llega exento de ambiciones, de divisiones, intrigas y conspiraciones. Ni siquiera permanecen incólumes aquellas esferas en las que los escrúpulos y las buenas intenciones deberían estar a la orden del día.
“Soy una contradicción. Soy Dios. Uno en tres y tres en uno. Como María, virgen y madre. Como el hombre, bueno y malo”. Tal nivel de honestidad podría ser tan reconfortante como aterrador en boca de un sumo pontífice.
El de The Young Pope, la serie que Fox Premium Series estrenará este domingo, hará tragar grueso al Vaticano.
Interpretado por Jude Law, el ficticio Pío XIII se convierte en el primer Papa estadounidense y, por demás, el más joven en la historia: tiene apenas 47 años.
Lo cierto es que el arzobispo neoyorquino Lenny Belardo llegó al puesto papal porque las cúpulas de la Iglesia Católica creyeron que un muchacho tan joven sería sencillo de manipular, pero erraron profundamente.
Pío XIII es un papa frío, arrogante, implacable y calculador. Tiene una filosofía radicalmente retrógrada, pero al mismo tiempo podría hacer temblar los cimientos del Vaticano, al cuestionar la honestidad de sus cardenales y declarar una guerra sin cuartel. “Quiero la revolución”, dice sin mayores contemplaciones.
Irónicamente, en su mente no gobierna tal claridad. Su primer día como sumo pontífice transcurre entre el silencio y la parsimonia, con las pupilas dilatadas hasta contemplar a la multitud cubierta por la lluvia en la plaza de San Marcos, ansiosa por ver el rostro del nuevo papa salir al balcón a impartir su bendición sobre los fieles.
“Nos hemos olvidado de ustedes… ¿Qué más hemos olvidado? Olvidamos masturbarnos, usar anticonceptivos, hacer abortos, celebrar el matrimonio gay , permitir que los sacerdotes amen y se casen. Olvidamos que podemos decidir morir si odiamos vivir. Divorciarse, permitir que las monjas den misa. Mis queridos hijos, no solo olvidamos jugar, olvidamos ser felices. Y solo hay un camino que conduce a la felicidad. Y ese camino se llama libertad”, declara, sin embargo, ante la mirada atónita de los creyentes y los cardenales.
El sudor de la quimera empapa su frente. ¿Será este acaso un mal presagio?
Imposición. Pío XIII hallará a sus primeros oponentes incluso antes de celebrar su primera homilía en la Basílica de San Pedro.
Es el elegido. Es un hombre que se da la licencia de hablar como si fuera el mismísimo Cristo e, incluso, de admitir que su consciencia no le acusa de pecado alguno.
Lenny Belardo es un fumador empedernido, un tipo que come poco y desayuna Coca Cola Zero con sabor a cereza, un hombre que hace lo que le venga en gana y que desoye los consejos de los cardenales porque, después de todo, él es el papa, repite por doquier.
El nuevo papa desecha las recomendaciones y elige como consejera a una mujer. La hermana Mary (Diane Keaton) acogió de niño a Lenny en un convento y se encargó de su crianza. “¿Ma?”, espeta el niño, dando lugar a toda clase de conclusiones sobre esta mujer consagrada a Dios.
El estilo del director Paolo Sorrentino (ganador de un Óscar en el 2013 por La gran belleza , mejor película extranjera) bien podría tener un carácter ofensivo para la Iglesia.
Un cura intenta cortarse las venas, otro tiene fantasías sexuales con una escultura y otro más rompe los códigos eclesiásticos con la ambición de algún día vestir la sotana escarlata.
Entretanto, al cardenal Ángelo Voiello (Silvio Orlando) no le preocupa la blasfemia y bautiza como el Tridente a los futbolistas Lorenzo Insigne (Italia), Marek Hamsík (Eslovaquia) y el argentino Gonzalo Higuaín.
La Iglesia parece estar de cabeza, dirigida por un papa al que ya no le tiembla la voz para admitir que no cree en Dios.
En una entrevista con el diario español El Mundo , el actor Jude Law declaró tampoco ser devoto, aunque asegura que le “fascina el mundo de la fe”.
“No me siento capacitado para hablar de la Iglesia actual. Lo que sí puedo decir es que la Iglesia vive en una permanente tensión entre la necesidad de liberarse y acercarse a la sociedad, y el mantenimiento de un dogma que tiene milenios de tradición. Y es esa contradicción irresoluble es lo que alimenta la película”, comentó.
La primera temporada de la serie se compone de 10 episodios de una hora y desde ya se encuentra confirmada la segunda temporada.
No es para menos. Sorrentino se apropia de una de las instituciones más veneradas del mundo y le infunde un halo de misterio que termina por mostrar un panorama turbio, repleto de conspiraciones.
Desde sus primeros adelantos, la serie fue calificada como “el House of Cards de la Iglesia”, aunque bien pudo haber centrado su trama en cualquier otra cúpula de poder.
El interés de Sorrentino en el Vaticano obedece más bien a un argumento estético.
“ The Young Pope te deja pegado a la pantalla, sobre todo en sus primeros capítulos. La apuesta estilística lo es todo. Con cierto aire onírico algo pasado de rosca en algunas ocasiones, Sorrentino refleja un mundo muy personal, donde el lado estético es una parte fundamental”, destaca el diario El País.
Al cineasta italiano, ahora uno más de los migrantes a la pantalla chica, le preocupa poco la polémica que The Young Pope puede generar.
“Es problema del Vaticano; no mío”, contestó en una rueda de prensa en la premier de la serie, ante la pregunta de si habría alguna reacción por parte de la Iglesia Católica. “Pero ni siquiera es un problema. Si lo observan hasta el final, verán que es una pieza que aborda su mundo con curiosidad, honestidad y sin deseo de provocar”.
“No quiere mostrar ningún tipo de prejuicio o intolerancia”, añadió el director. “Más bien examina con honestidad y curiosidad dentro de las limitaciones de 10 episodios las contradicciones y las dificultades, y también los aspectos fascinantes del clero”.
Contrario a lo esperado, la serie rompió récords de audiencia en su estreno en Italia, en noviembre. Incluso, el Heraldo Católico la calificó como “un relato mordazmente divertido”.
Además, el Vaticano guardó silencio. ¿Por qué? “Mi teoría es que el papa Francisco, quien es conocido por irritarse contra las personas pomposas que lo rodean, ha visto la serie y está contento con la visión de Sorrentino”, apunta la periodista de Independent , Janet Street-Porter.
Véalo. Domingo 26 de marzo. Fox Premium Series. 9:00 P.M.