Serie 'Almost Human': una mirada al mundo en el 2048

Del creador de Lost y Alcatraz, llega la ciencia ficción a Warner con el nuevo drama Amost Human (Casi humano).

Nos trasladamos a 2048, año en el cual la ciencia y la tecnología han avanzado a pasos tan agigantados que pueden volverse incontrolables.

En un mundo donde las armas y las drogas plagan las calles y escuelas de la ciudad, la sociedad se encuentra azotada por organizaciones criminales clandestinas que elevan los índices de delincuencia a un 400%.

La salvación: androides especializados, programados única y exclusivamente para combatir el crimen, casi humanos ¿o mejores?

Las autoridades policiales utilizarán esta nueva técnica para garantizar la seguridad mundial, y sus oficiales humanos deberán ponerse al día con estos seres androides, producto de los avances científicos.

Esta trama de acción policíaca muestra un mundo de grandes contrastes, donde la ciencia y la tecnología avanzaron a pasos agigantados, pero donde a la vez nuevas armas y drogas contaminan las escuelas, el contrabando está en manos de grandes organizaciones y la tasa de crímenes se ha incrementado exponencialmente.

En ese escenario, el policía del peor temperamento deberá trabajar junto con un androide sintético de segunda mano para combatir una ola criminal inédita, en la que los malhechores cuentan con recursos que superan a los de las propias fuerzas del orden.

El Detective John Kennex (Karl Urban, Star Trek, Dredd) es uno de los sobrevivientes de una brutal emboscada que sufrió su equipo, evento que además de mancillar su reputación, ocasionó la pérdida de varios compañeros.

Tras pasar dos años en coma y ningún recuerdo del incidente, Kennex no logra dejar atrás su depresión, agravada por el rechazo de su cuerpo a las partes biomecánicas que le debieron ser implantadas para asegurar su supervivencia.

La transición será por demás difícil para Kennex debe acatar, aunque de malas pulgas, la disposición de que cada oficial debe ser escoltado en sus misiones por un androide de combate modelo MX-43.

Él rechaza de plano a su acompañante sintético, pero acepta en cambio a un viejo androide Dorian (Michael Ealy, FlashFoward, The Good Wife), cuya plataforma, ya en desuso, está basada en un programa de “alma sintética” que le permite ofrecer respuestas emocionales, ausentes en la nueva generación de robots.

Es esta fallida humanidad la que poco a poco irá conectando a ambos compañeros. Juntos, se encargan de mantener la ciudad a salvo, descubriendo conspiraciones criminales y desbaratando las más terribles amenazas.

Teleguía habló, en exclusiva, con el actor Michael Ealy, quien interpreta al androide Dorian.

¿Cómo entró en contacto con este proyecto?

En mi caso, fue mediante un proceso de audiciones. Además, me reuní con el creador de la serie, Joel Wyman, e hice una prueba con la productora televisiva. Fue realmente fantástico.

¿Qué le atrajo de este personaje?

Me llamó la atención básicamente pues nunca soñé con interpretar a una máquina. Quizás a un vampiro, pero no a un personaje que es casi humano, es decir, a una figura con cierto grado de inmortalidad. Me emocioné mucho pues me comentaron cómo sería el show durante los próximos cinco años. Realmente tendremos la oportunidad de crear algo magnífico durante ese tiempo.

¿Qué ha significado para usted interpretar a Dorian?

Este ha sido uno de los personajes que más me ha retado en mi carrera, porque hay una línea muy delgada entre encarnar a un androide y a un ser humano y quería evitar caer en algunas situaciones que he visto, por ejemplo, en la saga televisiva y cinematográfica Star Trek (Viaje a las Estrellas). Realmente busqué presentar a alguien que es capaz de caminar la cuerda floja entre un ser humano y un androide.

¿Cómo es el mundo del futuro en esta serie?

El show se desarrolla en el año 2048, así que tampoco es una serie que se desenvuelve en un futuro muy lejano. Por ejemplo, los vehículos aún andan, en su mayoría, sobre las calles (y no vuelan por los aires). Los crímenes que se resuelven en la serie son los que de alguna manera definen el mundo en el que se vive ahora, y otros que simplemente no existen en la actualidad pero que están a punto de comenzar a presentarse. Otra cosa es que a las personas en el 2048 no les asombra ver a un androide “humano” rondando las calles, mientras que si viéramos a uno ahora quedaríamos un poco aterrados.

¿Usted cree que el mundo será así en el futuro, tal y como lo describe la serie?

Sí, creo que sí porque los investigadores han estado indagando el tipo de delitos que se cometen en la actualidad en el mundo de la tecnología, así como los escritores de Almost Human. La serie está basada en dichas pesquisas. Si nos ponemos a ver, la Internet apenas tiene 20 o 30 años de existir, entonces no es de extrañar que en unos 40 años, como en el caso de Dorian, se puedan crear androides.

A la hora de interpretar a Dorian, de alguna manera le sirvió de inspiración el filme de ciencia ficción futurista Blade Runner, de Ridley Scott (1982, filme protagonizado por Harrison Ford y considerado un clásico en su género) o cintas como Robocop (1987, con Peter Weller)?

Nuestro show definitivamente toma como inspiración la cinta Blade Runner. Creo que en cuanto al personaje que interpreto, Dorian, sus rasgos más humanos pueden encontrarse en su alma, en lo que en el programa llamamos “alma sintética”. Es un androide con alma (risas). Es capaz de manifestar emociones profundas, así como compasión y comprensión, y es algo que no he visto antes en ninguna otra serie ni película, salvo en el caso de Blade Runner, para serte honesto.

¿Cómo ha sido la relación con su coprotagonista Karl Urban, quien interpreta a un policía humano y que acepta trabajar, a regañadientes, con Dorian?

Hemos tenido una química muy buena y esta ha seguido mejorando con el tiempo. Desde el inicio hicimos “clic”. De hecho, algo que nos ha ayudado mucho a conocer a nuestro personaje se ha dado a la hora de ahondar en el del otro pues nos corresponde hacer muchísimas escenas juntos. Por tanto, Karl ha influido en mis actuaciones y yo en las de él.

¿Cómo fue el proceso de preparación para encarnar a este personaje?

La preparación fue realmente dura porque los actores casi siempre –en el 90% de los casos— interpretamos a un ser humano, aunque sea a un monstruo de persona, pero por lo menos podemos conectarnos con algún aspecto de nuestra humanidad para entender mejor nuestro trabajo. Eso es algo que solo puedo hacer la mitad del tiempo con este personaje porque es una máquina y para él a veces es muy difícil entender la dinámica de los seres humanos. Y aunque es un aspecto divertido de mi trabajo, también es uno de los más complicados porque tengo que fingir que no sé nada sobre la dinámica entre los seres humanos y de vez en cuando me siento como un niño de seis años. Pero funciona.

Como parte de la preparación para el show, ¿vio otras series del productor J.J. Abrams como Lost y Fringe? y ¿Qué cree que hace que los proyectos de Abrams sean tan únicos?

No cabe duda que Lost y Fringe son series excelentes, y yo las vi en el momento en que salieron. Sin embargo, yo creo que Almost Human será popular y muy bien recibida por mérito propio. Después del primer o segundo capítulo, será evidente que nuestro programa policial va a destacar por cuenta propia.

¿Usó dobles o hizo las escenas peligrosas usted mismo? ¿Le gusta el peligro?

No esperaba que la serie tuviera tanta acción, y cuando leo un nuevo guion no puedo creer cuánta demanda física me exigirá el siguiente capítulo. Y sí, yo hago todas mis propias escenas. Las peleas de robot contra robot pueden ser un poco brutales de filmar.

¿Cuánto conoce acerca de la televisión latinoamericana?

No mucho, por desgracia, casi no he viajado por esas tierras.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar con el actor Morgan Freeman en el filme Last Vegas (2013)?

En la cinta interpreté al hijo de Morgan Freeman y fue al único miembro del elenco que conocí pues mis escenas eran solo con él, en su gran mayoría, aunque también estuve en contacto con Kevin Kline. Fue un verdadero sueño hecho realidad pues ambos actores son íconos de Hollywood y leyendas cada uno a su manera. Y el simple hecho de estar en el mismo filme que ellos es un gran honor. Siento mucho afecto ahora por el Sr. Freeman por la forma en que me acogió como su hijo, así que nunca olvidaré la experiencia.