A Fitzgerald Thomas Grant III le “canta la gallina”. Esa frase, tan popular en toda Latinoamérica, le queda como anillo al dedo a quien es presidente de Estados Unidos en la serie Scandal , que estrenará su cuarta temporada por Sony, este 8 de abril, a las 8 p. m.
El problema de Fitz es que no es una, sino que son dos mujeres las que someten su voluntad para que se mantenga “liderando la Casa Blanca”.
Con esta premisa transcurrió la tercera temporada de esta exitosísima serie y que tiene a muchos esperando por ver cómo terminará la batalla de estas dos féminas quienes, al fin de cuentas, son las que controlan los hilos del poder en la residencia del presidente de Estados Unidos.
Batalla. ¿Quiénes son estas dos mujeres que están enamoradas del mismo hombre (lo que las convierte en enemigas a muerte)? Lo irónico es que las une un mismo objetivo: que Fitz mantenga su escritorio en el Despacho Oval (por lo que son aliadas y, hay que decirlo, hacen un excelente equipo). En resumen no se soportan, pero por el bien de la presidencia de EE. UU., se toleran.
Ya para esta cuarta temporada hay bandos a favor de una y de la otra entre los mismos televidentes.
Por un lado tenemos a Olivia Pope, un personaje que cautivó al público por ser fuerte, decidida y muy inteligente. Desde la primera temporada quedó claro que ella era de armas tomar: es abogada y propietaria de Olivia Pope & Associates, una agencia de control de crisis que defiende la imagen pública de las personas más adineradas de ese país, incluido al propio presidente.
Tiene un equipo de abogados, informáticos y detectives que le ayuda a cumplir sus objetivos; ella logra lo que quiere, hace lo que le da la gana y pasa por encima de quien sea con tal de ganar sus casos. A eso le llama éxito y, quizá, es considerada la mejor jefe de prensa que ha tenido la Casa Blanca, cargo que ocupa intermitentemente, justo por ser la amante de Fitz.
Del otro lado del banquillo está Melody Grant, quien, a primera vista, parece la esposa perfecta: preocupada por su esposo, sus hijos y el bienestar de su país. Viste impecablemente y ante las cámaras su sonrisa cautiva y enamora.
Con su cara de “yo no fui”, Mellie engañó (incluso a los televidentes durante buena parte de la primera temporada) con esa falsa imagen que le ayuda a ocultar su verdadera personalidad: una mujer fuerte de carácter, calculadora y hasta cínica.
Le gusta el poder, le encanta saborearlo, y entre sus planes también está apoderarse de la Casa Blanca… al menos eso es lo que muchos intuyen.
Siempre supo que Olivia era la amante de su esposo y no dijo nada (era el trabajo que tenía que hacer para llevarlo hasta la presidencia, afirma). Es una abogada graduada de Harvard, quien dejó su carrera para apoyar “desinteresadamente” a su marido y hasta decidió quedar embaraza intencionalmente (con la ayuda de Olivia ¿?) para mejorar la imagen del presidente y aumentar sus posibilidades para ganar un segundo periodo presidencial.
Novedades. El lío de esta pareja de “tres” es solo el marco para vivir intensamente cada uno de los nuevos capítulos de este drama político, con algunos tintes de thriller . De ahí su éxito.
Una botella de vino tinto será lo que desencadenará el regreso de Olivia Pope a la Casa Blanca.
La muerte del hijo de Mellie y Fitz; un nuevo periodo presidencial y la oficina de Olivia desmantelada enmarcarán el primera capítulo de esta temporada.
Además, ¿murió Harrison Wright en manos de Joe Mortón (el papá de Olivia)? Y, ¿qué pasó con Maya, la mamá terrorista de Olivia?. Eso es solo un puntalito de los escándalos que se irán revelando en esta nueva entrega de una serie que, le advertimos, es adictiva.