La televisión está viviendo su gran era: megaproducciones, grandes presupuestos, nuevas plataformas y una frenética carrera por los galardones.
Entonces, la pantalla chica comienza a brillar como una luz al final del túnel para actores que ya habían sido relegados a papeles secundarios o que habían sufrido las consecuencias de la disminución de cintas de mediano presupuesto.
Al mismo tiempo, se ha convertido en una posibilidad de reinvención para otros artistas que tienen más que consolidado su espacio en el cine.
Este año veremos a Robert de Niro y Julianne Moore protagonizar un drama sobre la mafia para Amazon, el cual será dirigido por David O. Rusell y contará con un presupuesto total de $160 millones.
De Niro también actuará junto a Michelle Pfeiffer en The Wizard of Lies , de HBO. Esta película televisiva estará centrada en la vida de Bernard Madoff, el corredor de bolsa responsable del mayor fraude perpetrado por una sola persona en la historia de Estados Unidos.
Meryl Streep, por su parte, llegará a Warner con una adaptación de la novela The Nix , de Nathan Hill.
La serie, que será dirigida por J. J. Abrams, versa alrededor de la vida de Samuel Andresen-Anderson, un profesor universitario cuya madre reaparece luego de varias décadas de haber perdido el contacto con su familia y tras haber cometido un crimen que incita a un frenesí mediático.
De acuerdo con The Hollywood Reporter , Streep percibirá $1,1 millones por episodio.
La ganadora del Óscar por Erin Brockovich , Julia Roberts, también cedió a la tentación y aceptó un rol en la miniserie Today Will Be Different , basada en el libro homónimo de María Semple y que gira alrededor de la caótica vida de Eleanor Flood.
Esta, sin embargo, no será la primera aparición de Roberts en la pantalla chica, pues ya había aparecido en el filme de HBO, The Normal Heart (2014).
También hará la transición la australiana Nicole Kidman, quien llegará a HBO junto a Reese Witherspoon y Shailene Woodley. Las actrices darán vida a la historia de tres mujeres envueltas en asuntos como la infidelidad, la violencia doméstica, el acoso escolar e, incluso, el asesinato, en Big Little Lies.
Asimismo, Brad Pitt protagonizará War Machine , una sátira del conflicto afgano en formato de película para Netflix. La historia está inspirada en el libro de Michael Hastings The Operators , que aborda la guerra de Afganistán desde la visión del general Stanley McChrystal.
La fuga de estrellas del cine también incluye a Robert Redford, quien protagonizará Our Souls at Night –otro filme original de Netflix– sobre la relación entre una viuda (Jane Fonda) y su vecino en Colorado. El reparto incluye también a Bruce Dern.
El interés de Netflix por Redford, sin embargo, no se limita a esa película y lo incluirá también en la cinta The Discovery , en la que un hombre halla la vida después de la muerte.
La lista de estrenos de Netflix para este 2017 incluso involucra a Will Smith con el filme de ciencia ficción Bright , dirigido por David Ayer y que contará con un presupuesto de $90 millones.
Jonah Hill y Emma Stone, por su parte, tendrán roles en la nueva serie de Paramount Television para Netflix Maniac , sobre un tipo que lleva una vida idílica en su mente, pero en realidad está internado en un centro psiquiátrico.
Migración masiva. La aparición de Meryl Streep y Al Pacino en la alfombra roja de los Emmy en el 2004, por la miniserie de HBO Angels in America , marcó el inicio de un fenómeno para la televisión. “¿Son estos los Emmy o los Óscar?”, pregonaban los titulares de la prensa estadounidense.
Desde entonces, muchas de las estrellas de todos los tiempos del cine comenzaron a aparecer, cada vez con mayor frecuencia, en producciones para la pantalla chica.
De hecho, en el 2014, cuando Matthew McConaughey subió al escenario de los Critics Choice Awards para recibir la estatuilla a mejor actor en una serie dramática por True Detective , decidió responder la pregunta que seguramente la prensa y muchos de sus colegas se estarían haciendo: “¿Por qué di el paso del cine a la televisión?”.
La respuesta fue muy concreta: “Por la calidad”.
“La televisión está elevando el listón con las serie dramáticas. Es simplemente eso”, dijo.
Sin embargo, no todos los argumentos son tan sencillos y tan idílicos como el de McConaughey. Hay muchos otros factores en juego.
Uno de ellos es la creciente inversión de plataformas de streaming , como Netflix y Amazon, para crear contenidos originales, y la manera en que estos han obligado a cadenas de cable a elevar el gasto.
“El cambio está alimentado, en parte, por simples problemas de empleo. En caso de que no lo hayan escuchado, la industria cinematográfica está teniendo dificultades para producir algo más que alimentos para franquicias y carnadas para los Óscar, mientras que producción televisiva de alta calidad está acaparándolo todo”, señala el Los Angeles Times.
Así, decenas de actores dejaron de tener cabida en las cintas de mediano presupuesto, cada vez menos frecuentes en Hollywood, y hallaron un nuevo camino en las series, como es el caso de Kevin Spacey, quien retornó al imaginario colectivo en el 2013 con House of Cards.
También está el caso de Kevin Bacon, quien aceptó protagonizar The Following (2013-2015) con la ilusión de tener una agenda más holgada y establecerse en un solo sitio, sin las agotadoras giras de locaciones que implica un rodaje en el cine.
En todo caso, sea cual sea la razón, el fenómeno no podría ser nada más que positivo.
“La participación de buenos actores, directores, escritores y directores de fotografía del mundo del cine incrementará la calidad y la variedad del contenido televisivo. Los cineastas se beneficiarán de la credibilidad artística de la que gozan las estrellas que ahora contrata la televisión también”, acota Los Angeles Times . “Y para los espectadores, que cada vez distinguen menos entre pantalla grande, pantalla chica o smartphones , es un ganar-ganar”.