Cuando se habla de rivalidades , la cosa es seria: un hola mal dado puede generar un conflicto cuando dos antagonistas se encuentran.
A Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York y seguidor confeso de los Yanquis, quiso hacer una gracia..., y le salió un sapo.
En octubre del 2007, en media campaña electoral, se le ocurrió (no cabe otra palabra) que apoyaría a los Medias Rojas de Boston en la Serie Mundial contra los Rockies de Colorado, pues los patirrojos representaban a la Americana, la Liga a la pertenecen los Mulos de Manhattan.
Al día siguiente, New York Post y el New York Daily News aprovecharon que el exalcalde la dejó picando y lo dejaron como nuevo; el segundo, por ejemplo, tituló en primera página, a todo lo ancho: “¡Traidor!”
Don Giuliani aprendió que “calladito más bonito”, que con la rivalidad entre Boston y Nueva York no se juega. Solo le faltó escuchar una chicharra y las palabras: “Gracias por participar”. Como que algo pasa con los exalcaldes.
La cosa es seria porque el encono viene desde 1901 y cuando se cree una infame transacción –desde el punto de vista bostoniano– fue la causante de una larga travesía por el desierto.
En 1918, los Medias Rojas ganaron la Serie Mundial y para 1919 vendieronal gran Babe Ruth a sus archienemigos.
Con él, los Bombarderos impusieron una dinastía y se pusieron en la ruta a lo que son hoy: la novena más laureada en la dorada historia de las Grandes Ligas.
Los patirrojos, en cambio, languidecieron durante 86 años, hasta que en el 2004, con una remontada histórica contra sus odiados Yanquis, en la Serie de Campeonato de la Americana, y barrida a los Cardenales, en el Clásico de Otoño, rompieron la llamada “maldición del Bambino”.
Con la temporada recién estrenada, Yanquis y Medias Rojas abrieron, desde el pasado jueves 10, un año más de su añeja y siempre nueva rivalidad, la más grande del deporte profesional de los Estados Unidos. El cierre de este primer capítulo se podrá ver hoy domingo 13. 1
Véalo. Béisbol. Domingo 13. ESPN. 6:30 p. m.
Pelé..., ¿quién?
En octubre de 1974, Pelé se retiraba del fútbol con el aura del mejor jugador del mundo y de la historia; pero en junio de 1975, dejaba boquiabierto al Planeta Fútbol cuando dejó su vida de jubilado para irse a jugar a... ¡Estados Unidos!
Por entonces, los estadounidenses eran una anécdota en el balompié, al que ellos llaman “soccer” para no confundirlo con su “football” (el fútbol americano para el resto de la humanidad), su verdadera locura.
“O Rei”recaló en el Cosmos de Nueva York, como el punta de lanza del intento de los gringos de llevar a su país el fútbol que juegan los demás
Sin embargo, la desatención en el país de las barras y las estrellas era tal que pocos, tenían idea de quién diantre era porqué le pagaban los millones de dólares que le pagaban.
La aventura de Pelé duró dos años, cuando se retiró el 1 de octubre de 1977, y ese paso es lo que se cuenta en “El rey de Nueva York”.
Véalo. MIÉR. 16. 7:30 P. M. ESPN2