La vida de la cantante de rancheras Helenita Vargas (1934-2011) fue un ejemplo de lucha contra el machismo de la sociedad colombiana.
Desde muy joven, la colombiana se dio cuenta de su talento con el canto. Sin embargo, la ciudad de Cali de los años 50, con todo y su machismo, le impedían cumplir su sueño: ser cantante de música ranchera.
Se enamoró, bebió, fumó y cantó. Contra todos los pronósticos, se convirtió en un ídolo de la música popular en su natal Valle del Cauca y conquistó con su característico histrionismo el ambiente del espectáculo colombiano.
La historia de esta valerosa mujer se revive en la novela La ronca de oro , producción de CMO para Caracol Televisión y que, a partir de hoy, canal 6 transmite a las 8 p. m.
En La ronca de oro , la vida de Vargas es interpretada por dos grandes artistas de origen colombiano. Helenita joven es Ana María Estupiñar, actriz que a sus 22 años tiene en su currículo grandes producciones y papeles estelares en la televisión de su país
Desde Bogotá, Estupiñar habló con Viva sobre lo que significó interpretar a la querida Ronca de Oro. A continuación, un extracto de la entrevista.
¿Qué significó representar a esta gran artista?
Fue muy bonito, pero también una responsabilidad muy grande porque muchas personas sabían como era ella. Teníamos un poco de miedo de no llenar las expectativas de todo el mundo, pero gracias a Dios se logró.
¿Cuál fue el reto que tuvo como actriz al revivir en la pantalla a un personaje que realmente existió?
Es algo interesante porque a Helenita la conoció la gente de ahora y fue un poco más fácil hacer el personaje. Para mí fue un reto que me enseñó mucho; aprendí y crecí como artista.
En la serie, actúa y canta. ¿Cómo logró llegar al punto necesario de la interpretación musical?
Fue difícil; siempre he cantado, pero no soy cantante profesional. Me costó un poco actuar y cantar a la vez y más que cantaba en vivo, no hacía playback ; eso fue muy duro, pero fue todo un entrenamiento.
¿Se vio reflejada en la historia de Helena?
No soy una mujer tan extrovertida ni tan chistosa, esa fue una de las cosas que más me costó interpretar, pero es un personaje que quise mucho y estoy segura de que muchas mujeres se sienten identificadas con ella. Fue una mujer soñadora y trabajadora.
Hablando de la historia de Helena, ¿qué le impresionó de la vida de esta artista?
Bueno, pues ya lo verán en la serie, pero digamos que el tema con su esposo fue algo que me impactó mucho. Nunca he vivido de cerca la violencia, la traición o la mentira; en esta historia pasa mucho esto y me sorprende porque Helenita lo tuvo que vivir, lo tuvo que aguantar y yo decía que esta mujer es una berraca porque logró aguantar muchas cosas feas que yo no hubiera podido.
¿Cómo fue la experiencia de compartir personaje con Majida Issa (Helena adulta)?
Fue increíble; las dos siempre estuvimos conectadas. Yo le decía a ella lo que se me venía a la mente en una escena y lo hacíamos juntas. Formamos el personaje, siempre estuvimos muy unidas; quisimos que fuera una sola y que la gente no notara el cambio entre una actriz y otra. Esperamos haberlo logrado y que Costa Rica sienta mucha empatía con las dos.
¿Qué hizo para poder construir el personaje?
Durante tres meses previos, estuvimos trabajando en la voz, el acento y construyendo cada parte de Helenita, reconstruyendo otras partes de ella. A mí me tocó reconstruir porque muchas cosas de la adolescencia de Helenita no se conocían, hablé con una hermana de ella que me contó como se expresaba, los chistes que hacía.