Las cifras no engañan y, en casos como este, lo dicen todo. La Reina del Pop se embolsó $305 millones en un total de 88 conciertos con 2,2 millones de asistentes a los recitales de su gira mundial MDNA , el año anterior.
Y es justamente este frenético, controversial, aclamado y fascinante espectáculo el que trae este domingo, en estreno, la cadena HBO, en el horario estelar de las 7 de la noche.
La intención aquí no es describir el espectáculo: hay que verlo.
Sin embargo, los mejores cronistas de música del mundo pulieron sus plumas y ofrecieron algunos criterios, por llamarlo de alguna forma, sobre lo que vieron en el escenario.
Es el caso de Mariana Zucchi, de diario Clarín, quien hizo la reseña del concierto en el American Airlines Arena a manera de introducción de lo que sería la presentación de la diva en Argentina.
“Sus 206 huesos sin osteoporosis no deben saber que cumplieron 54 años. Cada noche –desde que en mayo abrió el tour MDNA en Tel Aviv–, uno puede asistir al exorcismo de esos huesos. Como si ella quisiera justificar el precio de la entrada con las vísceras entregadas de souvenir . Sandy (la tormenta) no ha pasado fatalmente por Miami, pero anteanoche pasó Madonna. Dentro de ella habita el mismísimo Sandy. Y el Katrina. Una vehemencia que a los 54 no parece de este mundo”.
Las cifras, de nuevo, acuerpan el criterio de la cronista. Con los números que logró gracias al MDNA , Madonna consiguió colocarlo como uno de los 10 tours más rentables de la historia de la música, entre dos giras de los Rolling Stones : Licks , que reportó 311 millones de dólares, y Bridges To Babylon , con 274 millones.
Eso sí, nada supera lo que consiguió ella misma con el Sticky & Sweet porque en dos giras mundiales logró que la suma final fuera de $408 millones.
Y bueno, si queda alguna duda de lo que les espera a los espectadores de HBO esta noche, nada mejor que parafrasear la sensación al cierre, siempre según la periodista de Clarín : “Con la cuenta ya perdida de sus cambios de vestuario, sigue inabarcable: guitarra, después pandereta. Pide por la paz, pero ella no la tiene. El show se va muriendo, pero ella no. Suena Like A Prayer en emocionante tono gospel . Y cierra con Celebration , en zapatillas, con sus bailarines como resortes saltarines”.
“Quién no pensaría que cuando vuelve al camarín, muere por haber jugado al límite de las posibilidades humanas de su corazón. Pero no, ya fueron 70 presentaciones y hará lo mismo en el césped de River. La lengua limada de tanto cantar, los talones abollados de tanto bailar, los 206 huesos forzados a entretener sin tregua. Evidentemente, Madonna no es de este planeta”.