El pasado puede traerse todos los planes al suelo en Entre caníbales, la nueva serie dramática argentina, dirigida por el ganador del Premio Óscar, el director Juan José Campanella.
Con un título tomado de una canción de Soda Stereo y una banda sonora inspirada en la música de Gustavo Cerati, la producción mezcla las emociones del pretérito y la política, con una trama que deberá captar a la audiencia al punto de que no se permita perderse ni uno de los 120 episodios que lanzará a partir de la semana que comienza.
El jueves 21 de mayo, a las 7 p. m., Fox Life transmitirá el capítulo piloto de la serie, y a partir de ese momento, cada semana saldrán cuatro episodios nuevos, estrenados simultáneamente en Argentina (vía Telefe) y en el istmo.
Tres personajes atajarán la atención del público desde día 1: Ariana Mendoza (encarnada por Natalia Oreiro, de Muñeca brava y Música en espera), Rafael Valmora (interpretado por Joaquín Furriel, de Montecristo) y Agustín “El Pibe” Larralde (papel de Benjamín Vicuña, de Prófugos).
Ariana carga recuerdos traumáticos y desde hace años los transporta adonde sea que vaya. Hace 20 años, algunos “amigos” la violaron y el recuerdo de la tragedia ha alimentado durante todo este tiempo la sed de venganza.
Cuando se da cuenta de que Rafael es precandidato a la presidencia de Argentina, Ariana decide infiltrarse en el sistema para arruinar su vida y su futuro profesional, y así cobrarle al político la herida antigua pero vigente que imprimió en su alma. Su búsqueda no es precisamente de justicia, sino de un equilibrio en los daños y perjuicios.
En el trayecto de su revancha, Ariana conoce a Agustín, el hombre de confianza del aspirante a presidente, y por su parte también deseoso de sentarse en el trono de vicepresidente si su compañero de trabajo gana las elecciones. Pero la inevitabilidad de atracción y magnetismo por parte de ambos podría obstaculizar sus planes de venganza y poder, por lo que es en ese momento en el que la trama se pone interesante.
Al ser más de 100 capítulos durante 30 semanas, el formato de Entre caníbales puede parecerse al de una telenovela, pero la historia y la producción prevén que los resultados no serán tan predecibles y francamente aburridos como los de esas series, sino que es palpable que se ha tomado un riesgo para presentar una televisión diferente.