Como medio mundo alzó vuelo para Brasil, algunos topos nos fuimos a farandulear al gigante país, mientras otros meros meros se quedaron cuidando la cueva en Tiquicia. ¡Y vaya que nos topamos con los vacilones propios de cualquier manifestación que agrupe a una legión de ticos, incluidos, personajes de farándula, televisión y la política!
Como medio mundo alzó vuelo para Brasil, algunos topos nos fuimos a farandulear al gigante país, mientras otros meros meros se quedaron cuidando la cueva en Tiquicia. ¡Y vaya que nos topamos con los vacilones propios de cualquier manifestación que agrupe a una legión de ticos, incluidos, personajes de farándula, televisión y la política!
Una de de las sorpresas más agradables que nos llevamos tuvo que ver con el muy querido Mauricio Astorga, quien con sus personajes –y sin ellos– se ha echado a medio mundo a la bolsa. También nos percatamos de la clase de trabajadas que se pega, a pesar de que lo vemos en televisión solo por unos cuantos minutos. Nuestro respeto para él y otros compañeros de televisión que se sudan la chaqueta sin que se perciba en su dimensión el calibre de faena que hay detrás de cámaras.
La cosa es que el pintoresco Morgan disfrutó de un ratito libre en compañía de varios otros bombetines de Tiquicia, en cuenta estos topos, el viernes antepasado por la tarde. Él estaba bien sentadote comiéndose un pescado con gaseosa light (nada de caipiriña, porque el hombre es más sano que el pan negro), cuando se quedó viendo para la playa y gritó: “¡Ahí viene Morgan, vean!” Efectiva y muy surrealmente se apareció un “artistazo”, vendedor de artesanías. ¡Su doble! Luego descubrimos que aquel muchacho resultó músico y hasta andaba algunos discos con interpretaciones propias. ¡Ay, carajo, a todo le hacía aquel hombre!
Imposible explicarle al mechudo por qué tanta algarabía alrededor de su figura, la cosa es que terminó retratándose con medio mundo, y claro, con el propio Astorga. No se le pudo explicar lo que ocurría al improvisado “Morgancillo” porque las clases que llevó Astorga de portugués antes de viajar al Mundial, son como para gente muy finolis . No lo culpamos: en las costas nadie le entiende a nadie, todos decimos que sí, nos reímos de todo, nos entendemos y nos decimos adiós entre abrazos, sin que nadie entienda ni jota.
Lindísimo ha sido encontrarnos con algunos de los héroes de Italia 90. A unas cuadras del Castelão, ya varias horas después del histórico triunfo de Costa Rica contra Uruguay, vimos un molote en plena calle y, al acercarnos, nos percatamos de que se trataba del mismísimo Alexandre Guimaraes, quien había sido sorprendido por la eufórica barra que venía del estadio, y llevaba ya su buen rato posando pa’ la foto del “Feis” de medio mundo.
También vimos a Machillo Ramírez, este siempre más serio que un choque de frente, pero, con todo y todo, accedió a las fotos.
Curiosamente, dos figurones que se encontraron en Fortaleza fueron Ignacio Santos, director de Telenoticias, y Roxana Zúñiga, directora de Noticias Repretel. Ambos viajaron en el Jumbo de los Ticos, de DestinosTV, y mucha gente murmuraba en los pasillos sobre qué pasaría en el momento en el que ambos se cruzaran.
Obviamente, cuando se toparon en Migración se abrazaron afectuosamente y conversaron su buen rato, mientras ambos esperaban su equipaje. Las murmuraciones siguieron. Lo que pasa es que casi nadie sabe que Santos y Zúñiga se conocen de toda la vida, y que compartieron decenas de vivencias en sus años de soltería, junto a otros titanes del periodismo nacional que ya peinan una que otra canilla, como ellos.
Impresionados nos quedamos antes del juego contra Uruguay, cuando todo el mundo –léase, todo el mundo – sudaba chayotes ante las inclementes temperaturas y ya nadie sabía qué quitarse o qué beberse ante los latigazos del astro rey… ¡Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos a Jalé Berahimi, en las afueras del Castelão, reporteando en vestido corto, color amarillo pollito, encima de unos zancos como del número 12 en las afueras del estadio! ¿Da para tanto la vanidad? Cada cosa con su cosa; en esa coyuntura, Jalé quedaba como la más desubicada, pero allá ella y los juanetes que pudo haberse ganado con semejante dosis de desubicación: parecía a Robocop caminando, la pobre.
“¡Fotos con la tica, fotos con la tica!”. Ese fue uno de los gritos de guerra de los uruguayos antes del “Castelazo”, pues Marisol Soto, exreina de belleza, empresaria y parte del staff de DestinosTV, dejó cautivados a propios y a extraños. ¡Solo Porcionzón fue más solicitado que ella para las fotos! Claro, eso entre la afición tica, porque ya en Brasil y ante las concentraciones mundialistas, todo el mundo se olvidó de momento del cachetón. Y no es para menos: la tica paraba el tránsito y en los Fan Fest se echó a todo el mundo a la bolsa con su belleza y simpatía.