O mejor dicho, la competencia entre programas de la tevé criolla. Si se pone más interesante –o sea, se vuelve más entretenida e ingeniosa– pues eso está por verse. Lo que sí es un hecho es que, como era de esperarse, el lanzamiento del espacio de farándula de canal 7, De boca en boca , le ha hecho honor a su nombre y ha estado en boca de muchos esta semana.
Estos son algunos apuntes sobre lo que vimos en los tres primeros programas, al cierre de esta edición, el miércoles pasado.
Víctor Carvajal “se los come” a todos, y por mucho. No solo en el estudio, sino fuera de él. El estilo de Víctor es el estilo de Víctor. No hay nada más que decir: o se ama o se odia. Pero sí necesita dirección para que no opaque a sus compañeros, algo en lo que han ido trabajando poco a poco tras el programa de apertura, este lunes. Ya el miércoles hasta el actor Miguel Angel Hernández Grazioso (sí, así se apellida) lucía menos momificado que el primer día. A todos hay que darles oportunidad de soltarse, obviamente. Sin embargo, prevemos que al joven y talentoso Miguel Ángel le va a costar un mundo esto de la conducción en vivo.
Karina Ramos se ve espectacular y es la que tiene mejor dicción y porte. La cámara la ama. Lástima que no se sale de lo cliché. No le vimos un solo comentario ingenioso o que no fuera de relleno, al menos hasta el miércoles. Lo hemos dicho hasta la saciedad: no imposten, infórmense, sean naturales, solo así adquirirán cancha.
Monserrat del Castillo vino de menos a más. Algunos dicen que su punto débil es imitar el estilo de Jalé (Berahimi). No tendría por qué. Ella debe afianzarse en su propio estilo. Le vemos mucho potencial.
Alonso El Mariachi Solís fue la gran sorpresa. Es muy bueno para ir a “tontear” a la calle, genera gran empatía. En el estudio no aporta gran cosa. De todos modos la tiene difícil porque lo que sí se siente, es que hay demasiada gente.
Bismarck... hay que darle tiempo. No sumó ni restó.
En cuanto a contenido, vimos puntos altísimos y caídas estrepitosas. Han ofrecido primicias por una parte, pero por otra han recurrido a refritos, notas recicladas que ya salieron en todas partes. El sancocho entre informaciones nacionales e internacionales es eso, un arroz con mango que confunde y marea.
El segmento del periodista que va a las casas de la gente es muy bueno, ameno, salido de lo esperable. Nos recuerda cuando MTV hacía visitas a casas de celebridades. La de Enrique Kike Rodríguez estuvo buenísima y la de María José Castillo y también, entretenida, fluida, divertida.
La insistencia en que Gabriela Solano –la directora– sea la entrevistadora evidencia la falta de colmillo de los presentadores. Deberían tener un buen entrevistador en el panel (periodistas, que les llaman). Las entrevistas de ella se basan en preguntas como las que se hacían en la prensa rosa de hace 20 años o más. Y si el entrevistado es ralito, con preguntas plato’e babas (ejemplo típico la de Gabriel Badilla y Vivian Campos, qué jue aquello), pues el segmento se torna cursi y prescindible, digno de perillazo. Además, en ese mismo tenor ha habido temas como forzados, solo porque sí. Ofrecieron como gran gancho que iban a dar un notición sobre la pareja y cuando todos pensamos que era una verdadera bomba, resultó que el asunto es que se van a casar... algún día. Eso no se vale. Lo bueno fue que supimos que la pareja los domingos es feliz de perecear viendo tele todo el día en la cama, cuando les es posible. ¡Qué revelador! (Ironía).
Sin embargo, todo lo anotado es susceptible de mejora. Se ha dicho que el target son las amas de casa, quienes son las que habitualmente están disponibles para ver televisión al inicio de la tarde, pero por lo que vimos, el espacio generó interés en segmentos de todo tipo: atestiguamos incontables casos de gente pegada a televisores de sodas y cafeterías de empresas.
Punto altísimo es que el programa no pretende lastimar a nadie ni basarse en chismes o persecuciones a quienes no quieren dar declaraciones. Pero eso no quiere decir que aquello se convierta en una mezcla de Más que noticias e Informe 11 Las Historias . Volvemos al ejemplo del mexicano Juan José Pepillo Origel: con conocimiento y respeto se puede preguntar de todo, se pueden hacer entrevistas de profundidad en el espectáculo, sin ponerse de alfombra para que los entrevistados digan cualquier ocurrencia.
Lo bonito es que De boca en boca obligó a Intrusos de la Farándula a salirse de la zona de confort en la que estaba. Si bien es cierto, los de Repretel comenzaron con el pie izquierdo siete años atrás y eso les costó caro en credibilidad al principio, hace mucho tiempo que bajaron el tono y ahora son más comedidos, aunque siempre picantosos.
La inclusión de Laura Rodríguez como presentadora invitada esta semana fue un muy buen golpe de Intrusos : Laura tiene un affaire con las cámaras y es pellizcadísima.
La competencia siempre es buena y se aplauden las iniciativas de producción criolla. Es un hecho que el espectáculo es, hoy por hoy, una de las franjas de consumo más altas del mundo. Costa Rica es pequeñito pero no por eso tenemos que conformarnos con menos: no nos convertiremos en México de un momento a otro, pero por algo se empieza.
Cambiando de tema, un chascarrillo divertido, para cerrar. Cuando el sol estaba a punto de ponerse, este martes, estábamos estos topos frotándonos por dentro por aquel frío de los diantres y en eso no vamos viendo cuando entró, exuberante, voluptuosa, elegante, señora hermosa a estas alturas pero quien se diera a conocer (creemos que para siempre jamás) como “La Mosca”. ¡Sí! Era la mismísima Carolina Zeledón, quien al igual que nosotros llegó al Bar Acapulco, frente de la Asamblea Legislativa, donde la esperaba un grupito de compas. Ahí departieron felices, se hicieron foto pa'l Feis e incluso vimos cómo Caro tuvo el cuidado de apartar, muy disimuladamente, la Imperial Silver que se estaba tomando “¡Qué no salga la birra, que no salga la birra!”, decía muerta de risa. Pero ya ven, estos Topos fuimos testigos de la infantil travesurilla.