Guita, hijo menor del matrimonio de Jorge Murillo y Ligia Mora, era bromista desde chiquillo. En el colegio –asegura– usaba el humor y los chistes como mecanismo de defensa porque era muy tímido. Su familia, lejos de desalentarlo, lo impulsó para que le sacara provecho a esa cualidad; ahora, su cara es más que reconocida en la pantalla chica costarricense.
Actualmente, Édgar Murillo, integrante de La ½ Docena , es de todo, menos tímido. Esa etapa quedó atrás, pero el humor sigue siendo parte fundamental de su vida.
Gracias a su facilidad para hacer reír y su carisma, Guita será el encargado de conducir Tu cara me suena , uno de los nuevos programas de concursos de Teletica. En el espacio, ocho personalidades de la farándula nacional deberán imitar a artistas nacionales e internacionales durante 15 semanas. El programa se estrenará el 14 de abril, a las 8 p. m.
Tu cara me suena pondrá a prueba las cualidades de este actor; lo retará a entretener con algo a lo que no está tan acostumbrado: la improvisación.
La fisga la heredó de sus papás. Doña Ligia es muy buena bromista y su papá también tiene dotes de comediante.
“Para nada me dijeron que esto era una vagabundería; ellos, más bien, se pasaron de alcahuetes conmigo y siempre me apoyaron en todo lo que se me ocurría”, recordó.
El espaldarazo también lo recibió de sus hermanos mayores. En la casa paterna todavía guardan recortes del periódico cada vez que sale una entrevista suya y de sus compañeros en La 1/2 Docena.
Édgar y sus compañeros de “cole”, Erik Hernández, Mario Chacón y Daniel Moreno, emprendieron hace 20 años la travesía de usar sus cualidades para montar una empresa de entretenimiento. Juntos se embarcaron en el viaje y se animaron a dejar sus empleos para lograrlo.
“En la casa nunca hubo un cuestionamiento cuando les conté que íbamos a dejar nuestros trabajos para dedicarnos a hacer comedia; todo lo contrario, más bien ellos decían: ‘Déle, déle a ver qué sale”, dijo.
Aquel chiquillo de 18 años, medio desgarbado y tímido, nunca se imaginó que un día lo iban hasta a maquillar para una sesión de fotos. Es más, aún le cuesta acostumbrarse a ser reconocido y que la gente lo pare en la calle para una fotografía o un saludo.
Ahora, como rostro del programa por estrenarse del 7, asegura que está un poco asustado, pero cree firmemente que la nueva etapa en su carrera profesional llegó en el momento correcto.
“Creo que me eligieron porque no había nadie más”, bromea y retoma su viejo mecanismo de defensa al no saber qué responder ante la pregunta de por qué fue el indicado para el trabajo.
Depuso el arma, lo pensó más y agregó: “Por el formato se necesitaba más bien alguien que fuera un poco menos serio, más charlatán, más relajado, bromista, de buen sentido del humor. Menos un maestro de ceremonias y más un cómplice de las cosas extrañas que van a pasar ahí, ya que es gente que está disfrazada como otra persona y tomar eso como algo serio no se puede”.
”Por ejemplo, ¡imagínese mi reacción cuando tenga que ver a Luis Montalbert disfrazado de Paulina Rubio! Ahí sí es cierto que la parte de presentación va a pasar a segundo plano”.
Para él no es nada extraño estar frente a una cámara de televisión e interpretar personajes, pero sí es nuevo esto de ser presentador. “Me estoy ‘no preparando’, más bien. Suena extraño, pero, en realidad, según he hablado con mucha gente, el formato del programa te permite más ser tú mismo”.
Tratará de mostrarse más como es y menos como presentador. “No es que voy a defender una tesis ni a ser conductor de Telenoticias ”.
Por ser nuevo en estas lides, Murillo pidió consejos y se dejó ayudar por los experimentados. Wálter Campos, Randall Salazar, Édgar Silva y Mauricio Hoffmann le han compartido algunos secreticos. “Me han ayudado mucho; con Randall fue muy valioso porque, en Dancing with the Stars, fue la primera vez que él hizo conducción y me aclaró varias cosas que tenía en la cabeza”.
Ante la conducción del espacio no hay temores, quizá el único miedillo sea “pasearse en una dinámica que está muy bien pensada”. “¿Se imagina que lo haga tan mal que la gente diga que qué congoja verme en tele?”.
Otra de las pesadillas a la que se enfrentará es al baile. En la lista de pendiente, hay muchos ítems; bailar es uno y confiesa que lo podría dejar petrificado. “Ya en Cantando por un sueño demostré que no canto bien y me da terror mostrar en Tu cara me suena que bailo peor”.
A pesar de que está constantemente en el ojo público, no le teme a la crítica, ya que tiene la certeza de que siempre la tendrá que enfrentar en su trabajo. ¿Qué opiniones le afectan? Las que dicen y sienten sus familiares cercanos y amigos. “Siempre estamos expuestos a comentarios positivos y otros no tanto; en La ½ Docena siempre hemos tratado de llevar nuestras vidas privadas como eso, privadas; pero siempre hay cosas”.
”No me afectan directamente las críticas, pero sí pasa que, con la gente que está alrededor de uno, la crítica llega de rebote; así que no es tanto lo que digan de uno, sino lo que la gente cercana siente que pasó. De repente, todo el mundo te pregunta si estás bien o te dice que ‘qué feo lo que dijeron’; de pronto, ves a familia y amigos preocupados, eso es, en realidad, lo que me afecta”.
Personal. Murillo es administrador y mercadólogo de profesión. Su vida estaba destinada para trabajar en una oficina, sentado frente a una computadora, analizando números y proyectos; aunque a diario hace estas tareas en La ½ Docena, su rutina está muy lejos de ser monótona.
“En un momento, puedo estar revisando papeles y haciendo estrategias, y una hora después estoy vestido como duende grabando un sketch para el show . O, de pronto, viajamos a Europa para hacer una película”, recordó.
¿Su edad? “Tengo 38 años; bueno pongamos que 40 para irnos acostumbrando y tomar la crisis dos años antes”. Siguen las bromas.
Vive solo y no tiene pareja, aunque no descarta ni confirma la idea de casarse y tener hijos.
“En este momento, tengo mi familia. Cuando armamos La ½ Docena, hicimos un pacto de que ninguno se iba a casar y a tener hijos porque sabíamos que la vida iba a ser muy ocupada. Hasta el momento, solo Mario y yo hemos cumplido al pie de la letra ese pacto”, agregó.
“En un momento de la vida, ya se sabe lo que se quiere o lo que no. Me he enfocado en mí mismo y en la carrera; creo que lo que me ha pasado ha sido bueno y me siento listo para tener un hogar, si pasa, bien, no me voy a asustar; pero si no pasa, no voy a morir”.
Asido a su humor y honestidad, Guita no le arruga la cara al desafío.