La mayoría de las bajas estadounidenses por las incursiones de su Ejército en Irak y Afganistán no ocurren en Irak ni en Afganistán, sino en propio suelo estadounidense. El suicidio pende sobre los veteranos de guerra, pero hay una esperanza para ellos al otro lado de la línea telefónica.
Crisis Hotline: Veterans Press 1 es un documental de HBO en el que se revive el drama de los soldados que regresan a casa. La historia toma forma a través de la voz de quienes les brindan ayuda para superar sus adicciones, su depresión y su estrés postraumático. Su línea telefónica de ayuda recibe más de 22.000 llamadas cada mes.
La realizadora Ellen Goosenberg Kent filmó en las oficinas de la línea directa durante nueve meses, aunque solo grabó la parte de la conversación correspondiente a los consejeros. Los veteranos no fueron grabados para respetar su intimidad.
Según reveló a HBO, el mayor reto para la cineasta radicó precisamente en esta limitación. “¿Cómo se transmite la angustia, el sufrimiento y los detalles de las experiencias de los veteranos sin oírlos de primera mano o sin ver sus rostros?”, sepregunta la realizadora, e inmediatamente responde: “Para ello debimos confiar en las reacciones compasivas de los socorristas”.
Alrededor de un cuarto de los consejeros son veteranos de guerra. La línea de ayuda también abunda en parejas de personas que sirvieron en el Ejército.
La mayoría de las llamadas son de soldados varones que sobrevivieron al combate. Sin embargo, también llaman mujeres que estuvieron en la línea de fuego, y otras cuyos sus testimonios mudos revelan un estrés postraumático que viene del abuso sexual mientras servían a su país.
Aunque solo el 1% de los estadounidenses han servido en el Ejército, los suicidios de sus veteranos representan el 20% del total en su país.
Cuando uno de los socorristas dice que ha tenido “un buen día” es un optimismo relativo, una buena noticia que apenas alcanza para decir que la persona con la que mantuvo comunicación ha decidido posponer la decisión de acabar con su vida.
La lucha sigue. Se ha ganado tiempo para una vida convulsa. Se le ha dado apenas un poco de paz, lo cual no es poco después de tanta guerra.