Fue en 1989 cuando Silvio Rodríguez se presentó en Costa Rica, ofreciendo tres fechas especiales que viven en la memoria de muchos costarricenses que han ansiado su regreso durante todo este tiempo.
Aquellas quedaron como sus únicas presentaciones en el país, recordaron Arnoldo Herrera, productor de conciertos, y Alberto Zúñiga, especialista en música.
Promocionado como el líder del movimiento de la Nueva Trova Cubana por los promotores, y contratado por la agencia de viajes OTEC, Rodríguez tuvo una agenda bastante apretada.
El miércoles 20 de setiembre de 1989 llegó a Costa Rica, con un par de actividades clave pactadas para el día siguiente: una conferencia de prensa y un almuerzo en la casa del entonces mandatario, Óscar Arias Sánchez, en Rohrmoser.
Al Teatro Melico Salazar, ubicado en el centro de San José, llegó por vez primera el viernes 22 de setiembre, para ofrecer un recital que dio inicio a las 8 p. m.
En el mismo aforo, se presentó al día siguiente y consiguió llenar la mayoría de localidades en ambas ocasiones.
Entonces, los precios de las entradas a esos conciertos eran ¢50, ¢1.200 y ¢1.500.
El domingo 24 de setiembre, Silvio Rodríguez dio un concierto más público y masivo, interpretando sus mejores canciones en el Gimnasio Nacional, en La Sabana, a las 3 p. m. Para ese tercer concierto hubo dos tipos de entrada, que costaban ¢360 y ¢960.
En esa ocasión, Silvio Rodríguez era todo un boom de la música latinoamericana, a pesar de no salir constantemente en radio y televisión. Sus discos se vendían muy bien, y vino a Costa Rica un poquito después de haber editado ¡Oh, melancolía!, segundo disco que grabó con el grupo Afrocuba.